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El presidente del Estado, Evo Morales, reveló ayer que un país asiático rechazó la propuesta de instalar una industria de baterías de litio en Uyuni, Potosí.
En criterio del Jefe de Estado hay "celos” por transferir enseñanza tecnológico-científica.
"Quiero comentarles que estaba en un país asiático y me llevaron a inaugurar una industria de baterías de litio que era inmensa, de casi una hectárea. Les pregunté a las autoridades cuánto costaba (la instalación) y me contestaron que 300 millones de dólares; entonces pensé ¿cómo no podemos financiar esta industria de baterías de litio?”, rememoró ayer, en un encuentro con los estudiantes de la Universidad de Aquino Bolivia (Udabol), en Santa Cruz.
Añadió que propuso a las autoridades asiáticas el montaje de una industria "gemela” en Bolivia y que el Estado podía aportar el capital, pero "me dicen que no, que no quieren”. El Presidente, en consecuencia, concluyó que rechazaron la oferta porque "hay celos de transferencia tecnológica y de conocimiento científico”.
"Eso me hizo pensar que en vano vamos a estar esperando transferencias científicas; nosotros tenemos que prepararnos para conducir”, les dijo a los estudiantes de la Udabol.
En la actualidad se ha puesto en marcha una planta piloto para la producción de ión litio, con una inversión de 2,7 millones de dólares, que está a cargo de la empresa china Linyi Gelon New Battery Materials Co.
jueves, 14 de noviembre de 2013
viernes, 8 de noviembre de 2013
Argentina: "El litio material estratégico"
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Argentina, Chile y Bolivia contienen en sus territorios el denominado "Triángulo del Litio", que constituye la mayor reserva de litio del mundo. Componen el triángulo: el salar de Uyuni (Bolivia), el salar de Atacama (Chile) y el salar del Hombre Muerto (Antofagasta, Sierra de Catamarca, Argentina), denominado así debido a que entre los tres salares ubicados en La Puna, junto a otros cercanos a éstos, concentran más del 85% de las reservas de litio conocidas en el planeta.
El litio se ha transformado en un mineral insustituible en partes de la industrialización de la automoción eléctrica, la telefonía, en computadoras, baterías recargables y otros usos ligados a los productos tecnológicos. Pero es en la nueva industria automotriz donde su importancia está creciendo. Pruebas piloto realizadas por la General Motors (GM) establecieron que un automóvil movido por baterías de litio podía alcanzar una autonomía de 60 kilómetros frente a los 6 kilómetros obtenidos por sus antecesores de níquel-cadmio. Los expertos estiman que futuros –y cercanos– desarrollos podrían aumentar el rendimiento de las baterías de litio hasta una autonomía de 500 kilómetros. Otras ventajas residen en la contaminación nula derivada del movimiento de un vehículo eléctrico y que la batería se recarga con cualquier enchufe eléctrico hogareño. Las potencialidades de las baterías de litio han entusiasmado a las automotrices de todo el mundo: Toyota, Mercedes, Peugeot, Mitsubishi Motors, Daimler, Chrysler, BMW, Porsche y Volvo, empresas que, si bien ya tenían programas de desarrollo basados en el níquel-cadmio, en la actualidad han virado al uso del litio seducidas por sus capacidades superiores. También Tesla Motors, la empresa que llevan adelante los creadores de Google, Larry Page y Sergey Brin, ha desarrollado un coche eléctrico, el Roadster, impulsado por este tipo de baterías.
La masificación de los motores eléctricos en los vehículos es lo que se viene para enfrentar la escasez de los combustibles derivados del petróleo. En esta nueva era del automóvil, Bolivia, Chile y Argentina se convertirían en los "países árabes" del litio.
En este contexto, Chile y Argentina han entregado la explotación a las empresas extranjeras. Argentina desde la sanción de la ley de Inversiones Mineras 24196, liberó su explotación y, para peor, el Convenio Minero con Chile permite que el litio salga directamente por el Pacífico (Chile). Sin embargo Bolivia fue la primera en iniciar las investigaciones sobre la potencialidad del litio y es a su vez el país donde todos los intentos de las transnacionales por acceder a las salmueras del salar fueron, hasta ahora, frustrados. Desde el 2008 avanza con un plan de industrialización soberana de los recursos que es 100% estatal y contempla, a mediano plazo, la producción de carbonato de litio y cloruro de potasio y, a largo plazo, la producción de baterías de ion-litio. Ésta es la verdadera soberanía energética.
La explotación del litio en el Salar del Hombre Muerto, a cuya reserva se le calcula una vida útil de más de 50 años, está en manos de dos empresas: la Minera del Altiplano SA, empresa cuya propietaria es FMC Lithium Corp., y la Lithium One Inc. (Canadá) & Galaxy Resources Limited (ASX: GXY) de Australia.
Argentina no posee políticas para el control y uso de los minerales denominados "estratégicos". En el caso del litio, su "entrega sin control" significa que Argentina en la nueva era del automóvil eléctrico no tendrá el control del principal insumo de las baterías. Es decir: como hoy dependemos de la importación del petróleo, mañana dependeremos de la importación de las baterías de litio.
El gobierno nacional si realmente quiere tener la soberanía energética debe abandonar la norma neoliberal-menemista Nº 24196 y sancionar una ley que garantice la soberanía minera para impulsar el control de la explotación y la industrialización de los minerales estratégicos. Si esto no lo realiza hoy, mañana no tendremos recursos naturales para garantizar nuestro desarrollo y crecimiento económico.
Rionegro.com.ar.
Portal Minero
El litio se ha transformado en un mineral insustituible en partes de la industrialización de la automoción eléctrica, la telefonía, en computadoras, baterías recargables y otros usos ligados a los productos tecnológicos. Pero es en la nueva industria automotriz donde su importancia está creciendo. Pruebas piloto realizadas por la General Motors (GM) establecieron que un automóvil movido por baterías de litio podía alcanzar una autonomía de 60 kilómetros frente a los 6 kilómetros obtenidos por sus antecesores de níquel-cadmio. Los expertos estiman que futuros –y cercanos– desarrollos podrían aumentar el rendimiento de las baterías de litio hasta una autonomía de 500 kilómetros. Otras ventajas residen en la contaminación nula derivada del movimiento de un vehículo eléctrico y que la batería se recarga con cualquier enchufe eléctrico hogareño. Las potencialidades de las baterías de litio han entusiasmado a las automotrices de todo el mundo: Toyota, Mercedes, Peugeot, Mitsubishi Motors, Daimler, Chrysler, BMW, Porsche y Volvo, empresas que, si bien ya tenían programas de desarrollo basados en el níquel-cadmio, en la actualidad han virado al uso del litio seducidas por sus capacidades superiores. También Tesla Motors, la empresa que llevan adelante los creadores de Google, Larry Page y Sergey Brin, ha desarrollado un coche eléctrico, el Roadster, impulsado por este tipo de baterías.
La masificación de los motores eléctricos en los vehículos es lo que se viene para enfrentar la escasez de los combustibles derivados del petróleo. En esta nueva era del automóvil, Bolivia, Chile y Argentina se convertirían en los "países árabes" del litio.
En este contexto, Chile y Argentina han entregado la explotación a las empresas extranjeras. Argentina desde la sanción de la ley de Inversiones Mineras 24196, liberó su explotación y, para peor, el Convenio Minero con Chile permite que el litio salga directamente por el Pacífico (Chile). Sin embargo Bolivia fue la primera en iniciar las investigaciones sobre la potencialidad del litio y es a su vez el país donde todos los intentos de las transnacionales por acceder a las salmueras del salar fueron, hasta ahora, frustrados. Desde el 2008 avanza con un plan de industrialización soberana de los recursos que es 100% estatal y contempla, a mediano plazo, la producción de carbonato de litio y cloruro de potasio y, a largo plazo, la producción de baterías de ion-litio. Ésta es la verdadera soberanía energética.
La explotación del litio en el Salar del Hombre Muerto, a cuya reserva se le calcula una vida útil de más de 50 años, está en manos de dos empresas: la Minera del Altiplano SA, empresa cuya propietaria es FMC Lithium Corp., y la Lithium One Inc. (Canadá) & Galaxy Resources Limited (ASX: GXY) de Australia.
Argentina no posee políticas para el control y uso de los minerales denominados "estratégicos". En el caso del litio, su "entrega sin control" significa que Argentina en la nueva era del automóvil eléctrico no tendrá el control del principal insumo de las baterías. Es decir: como hoy dependemos de la importación del petróleo, mañana dependeremos de la importación de las baterías de litio.
El gobierno nacional si realmente quiere tener la soberanía energética debe abandonar la norma neoliberal-menemista Nº 24196 y sancionar una ley que garantice la soberanía minera para impulsar el control de la explotación y la industrialización de los minerales estratégicos. Si esto no lo realiza hoy, mañana no tendremos recursos naturales para garantizar nuestro desarrollo y crecimiento económico.
Rionegro.com.ar.
Portal Minero
Bolivia: ¿Este es el fin del litio?
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El Gobierno boliviano tiene razones para preocuparse. Desde mayo de 2008, encomendó a un grupo de inexpertos el manejo de un tema de enorme importancia estratégica para el país: el litio. Como era de esperarse, estos funcionarios públicos fallaron.
Después de casi cinco años y medio de experimentación frustrada y más de 100 millones de dólares mal gastados, no pudieron cumplir ni siquiera las metas de la primera fase de su estrategia programadas inicialmente para noviembre de 2009.
Tal como lo advertí en numerosas ocasiones, en su condición de país poseedor de los mayores recursos identificados de litio del mundo, Bolivia no podía permitirse el lujo de equivocarse en este asunto porque al hacerlo lanzaría señales totalmente negativas al mercado, el cual más temprano que tarde terminaría reaccionando. Y todo parece indicar que sucedió exactamente así.
En efecto, se acaba de conocer que en el marco de la Feria de Motores de Tokio a celebrarse a fin de mes, Toyota, el mayor fabricante de automóviles del mundo, desvelará el primer vehículo eléctrico producido en serie que funciona a celdas de combustible (hidrógeno) a ser introducido al mercado en 2015. Esta revelación confirma mi suposición de hace casi tres años de que el primer elemento de la tabla periódica era en verdad parte de la estrategia de negocios del gigante automotor japonés.
Pero, ¿es éste el fin del litio? Veamos primero por qué el virtual fracaso de la mal llamada estrategia nacional de industrialización del litio tendría mucho que ver con la decisión de Toyota de apostar a una tecnología alternativa al litio para activar sus próximos carros eléctricos. La explicación es muy sencilla.
Por la cuantía de sus recursos más estratégicos, Bolivia era el único país capaz de garantizar el inicio y consolidación de la era del vehículo eléctrico, lo que hubiera contribuido a un desplazamiento definitivo del uso de combustibles fósiles en el transporte vehicular en la Tierra.
Para avanzar en dirección al litio, el primer fabricante de automóviles del planeta necesitaba contar con la seguridad de una ilimitada provisión del metal en un período suficientemente largo. Esto sólo era posible con el ingreso oportuno de nuestro país al mercado del litio.
A diferencia de Bolivia - que nunca entendió por qué Toyota se resistió tanto a ingresar al mercado de los vehículos completamente eléctricos con baterías de iones de litio -, el monstruo automotriz del país del sol naciente sí supo desde siempre qué significaban los desatinos bolivianos, lo que al final le obligó a buscar otras opciones.
Si bien Toyota no será recordado por haber sido el primer fabricante que planteó usar celdas de combustible en la industria de automóviles, pues Hyundai ya lo hizo hace algunos meses, resulta bastante probable que pase a la historia como uno de los artífices de un nuevo modo de hacer las cosas. Bolivia, en cambio, sólo podrá ser reconocida como algo que simplemente pudo haber sido y no fue.
En este sentido, está claro que no estamos frente al fin del litio, puesto que no existen motivos para pensar que pronto se acabará la demanda del metal más liviano de la Tierra; es más, es incluso probable que ésta continúe aumentando en los siguientes años en virtud de la masa crítica generada por los cerca de 500.000 vehículos eléctricos activados por baterías de iones de litio que ya se encuentran circulando en diferentes partes del orbe. Sin embargo, se pueden vislumbrar al menos dos resultados por demás alarmantes de todo este análisis.
En primer lugar, que el mundo perdió una oportunidad invalorable de desplazar definitivamente a los combustibles fósiles, principales fuentes de generación de gases de efecto invernadero y causas comprobadas del calentamiento global y cambio climático – no hay que olvidar que al presente alrededor del 50% del hidrógeno comercializado en el mundo se obtiene a partir de procesos derivados del gas natural y no hay razón para creer que eso pueda cambiar de manera significativa en el futuro. Así, se habría esfumado la posibilidad de iniciar y consolidar la era del vehículo eléctrico, con el litio como su factor clave, en la Tierra abriendo paso más bien en los siguientes años a la coexistencia de muchas tecnologías energéticas para el transporte vehicular, ninguna de las cuales capaz de enfrentar seriamente al petróleo y al gas natural (y sus derivados).
Y, en segundo lugar, que Bolivia desperdició la opción de convertirse en el próximo centro energético del planeta, postergando una vez más sus aspiraciones de desarrollo y potenciamiento económico.
Hidrocarburos.com
(*) Especialista en temas del litio
Después de casi cinco años y medio de experimentación frustrada y más de 100 millones de dólares mal gastados, no pudieron cumplir ni siquiera las metas de la primera fase de su estrategia programadas inicialmente para noviembre de 2009.
Tal como lo advertí en numerosas ocasiones, en su condición de país poseedor de los mayores recursos identificados de litio del mundo, Bolivia no podía permitirse el lujo de equivocarse en este asunto porque al hacerlo lanzaría señales totalmente negativas al mercado, el cual más temprano que tarde terminaría reaccionando. Y todo parece indicar que sucedió exactamente así.
En efecto, se acaba de conocer que en el marco de la Feria de Motores de Tokio a celebrarse a fin de mes, Toyota, el mayor fabricante de automóviles del mundo, desvelará el primer vehículo eléctrico producido en serie que funciona a celdas de combustible (hidrógeno) a ser introducido al mercado en 2015. Esta revelación confirma mi suposición de hace casi tres años de que el primer elemento de la tabla periódica era en verdad parte de la estrategia de negocios del gigante automotor japonés.
Pero, ¿es éste el fin del litio? Veamos primero por qué el virtual fracaso de la mal llamada estrategia nacional de industrialización del litio tendría mucho que ver con la decisión de Toyota de apostar a una tecnología alternativa al litio para activar sus próximos carros eléctricos. La explicación es muy sencilla.
Por la cuantía de sus recursos más estratégicos, Bolivia era el único país capaz de garantizar el inicio y consolidación de la era del vehículo eléctrico, lo que hubiera contribuido a un desplazamiento definitivo del uso de combustibles fósiles en el transporte vehicular en la Tierra.
Para avanzar en dirección al litio, el primer fabricante de automóviles del planeta necesitaba contar con la seguridad de una ilimitada provisión del metal en un período suficientemente largo. Esto sólo era posible con el ingreso oportuno de nuestro país al mercado del litio.
A diferencia de Bolivia - que nunca entendió por qué Toyota se resistió tanto a ingresar al mercado de los vehículos completamente eléctricos con baterías de iones de litio -, el monstruo automotriz del país del sol naciente sí supo desde siempre qué significaban los desatinos bolivianos, lo que al final le obligó a buscar otras opciones.
Si bien Toyota no será recordado por haber sido el primer fabricante que planteó usar celdas de combustible en la industria de automóviles, pues Hyundai ya lo hizo hace algunos meses, resulta bastante probable que pase a la historia como uno de los artífices de un nuevo modo de hacer las cosas. Bolivia, en cambio, sólo podrá ser reconocida como algo que simplemente pudo haber sido y no fue.
En este sentido, está claro que no estamos frente al fin del litio, puesto que no existen motivos para pensar que pronto se acabará la demanda del metal más liviano de la Tierra; es más, es incluso probable que ésta continúe aumentando en los siguientes años en virtud de la masa crítica generada por los cerca de 500.000 vehículos eléctricos activados por baterías de iones de litio que ya se encuentran circulando en diferentes partes del orbe. Sin embargo, se pueden vislumbrar al menos dos resultados por demás alarmantes de todo este análisis.
En primer lugar, que el mundo perdió una oportunidad invalorable de desplazar definitivamente a los combustibles fósiles, principales fuentes de generación de gases de efecto invernadero y causas comprobadas del calentamiento global y cambio climático – no hay que olvidar que al presente alrededor del 50% del hidrógeno comercializado en el mundo se obtiene a partir de procesos derivados del gas natural y no hay razón para creer que eso pueda cambiar de manera significativa en el futuro. Así, se habría esfumado la posibilidad de iniciar y consolidar la era del vehículo eléctrico, con el litio como su factor clave, en la Tierra abriendo paso más bien en los siguientes años a la coexistencia de muchas tecnologías energéticas para el transporte vehicular, ninguna de las cuales capaz de enfrentar seriamente al petróleo y al gas natural (y sus derivados).
Y, en segundo lugar, que Bolivia desperdició la opción de convertirse en el próximo centro energético del planeta, postergando una vez más sus aspiraciones de desarrollo y potenciamiento económico.
Hidrocarburos.com
(*) Especialista en temas del litio
miércoles, 6 de noviembre de 2013
A la fecha Oruro exportó 2.500 toneladas de hierro a China
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A la fecha el departamento de Oruro a través de la empresa Mining Logistic Danny Pick que trabaja con la Cooperativa Minera Cebadillas, exportó 2.500 toneladas de hierro a China, informó el director de Desarrollo Minero de la Secretaría de Minería y Metalurgia dependiente del Gobierno Autónomo Departamental de Oruro (Gador), Eduardo Berdeja.
Mencionó que la exportación comenzó en agosto, pero no en la cantidad que se proyectaba, puesto que en algún momento se quedó en exportar de 5.000 a 10.000 toneladas por mes, sin embargo aseveró que por las bajas cotizaciones de los minerales que se registraron se determinó exportar 500 toneladas al mes.
Señaló que la explotación y exportación de hierro se convierte en una nueva actividad en la minería que dejará óptimas regalías a favor del departamento.
Mencionó que a medida que mejoren las cotizaciones se está pensando exportar al menos 5.000 toneladas al mes considerando además que Oruro tiene un hierro de alta pureza, incluso mejor que del Mutún que tiene 48 % de pureza, mientras que Oruro 69 % por tanto es un hierro bastante limpio.
Señaló que no está cuantificada la cantidad de hierro que existe en el yacimiento que actualmente explota la cooperativa Cebadillas, pero según proyecciones el yacimiento tiene una vida útil de 25 años con una producción de 5.000 a 10.000 toneladas.
Asimismo, indicó que existen betas que no se están trabajando porque se necesita invertir en caminos nuevos y otros aspectos, no obstante se espera mejorar las condiciones para posibilitar la explotación y exportación del hierro.
Explicó que el hierro que actualmente se exporta al mercando de China proviene de la Cooperativa Cebadillas que está ubicada en la provincia Avaroa propiamente en el municipio de Challapata. De acuerdo a antecedentes Oruro buscó la exportación de hierro desde el 2001, sin embargo, se tuvo una serie de contratiempos que impidieron esta acción, principalmente en los últimos tiempos lo que imposibilitó la exportación de este mineral fue la baja cotización, ya que antes la tonelada de hierro estaba cotizada en 146 dólares y ahora en aproximadamente 40 dólares.
Mencionó que la exportación comenzó en agosto, pero no en la cantidad que se proyectaba, puesto que en algún momento se quedó en exportar de 5.000 a 10.000 toneladas por mes, sin embargo aseveró que por las bajas cotizaciones de los minerales que se registraron se determinó exportar 500 toneladas al mes.
Señaló que la explotación y exportación de hierro se convierte en una nueva actividad en la minería que dejará óptimas regalías a favor del departamento.
Mencionó que a medida que mejoren las cotizaciones se está pensando exportar al menos 5.000 toneladas al mes considerando además que Oruro tiene un hierro de alta pureza, incluso mejor que del Mutún que tiene 48 % de pureza, mientras que Oruro 69 % por tanto es un hierro bastante limpio.
Señaló que no está cuantificada la cantidad de hierro que existe en el yacimiento que actualmente explota la cooperativa Cebadillas, pero según proyecciones el yacimiento tiene una vida útil de 25 años con una producción de 5.000 a 10.000 toneladas.
Asimismo, indicó que existen betas que no se están trabajando porque se necesita invertir en caminos nuevos y otros aspectos, no obstante se espera mejorar las condiciones para posibilitar la explotación y exportación del hierro.
Explicó que el hierro que actualmente se exporta al mercando de China proviene de la Cooperativa Cebadillas que está ubicada en la provincia Avaroa propiamente en el municipio de Challapata. De acuerdo a antecedentes Oruro buscó la exportación de hierro desde el 2001, sin embargo, se tuvo una serie de contratiempos que impidieron esta acción, principalmente en los últimos tiempos lo que imposibilitó la exportación de este mineral fue la baja cotización, ya que antes la tonelada de hierro estaba cotizada en 146 dólares y ahora en aproximadamente 40 dólares.
martes, 5 de noviembre de 2013
¿Es Venezuela el mejor aliado de Bolivia para industrializar el litio?
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Mayo de este año. Venezuela firmaba con Bolivia dos memorandos de entendimiento para constituir junto con China, un bloque tecnológico para la explotación, uso, industrialización y comercialización de litio en el mercado internacional a través de la fabricación de baterías de este mineral. Otro objetivo es instalar plantas industriales de baterías de litio y componentes.
Pero, siendo un país con tan poca experiencia en el tema del litio, sin recursos tecnológicos ni humanos, y considerando sus ingentes yacimientos de petróleo, cuya energía se pretende suplir en los próximos 20 años precisamente con el litio, ¿será Venezuela el aliado estratégico que Bolivia necesita?, ¿o es que pesa tanto el hecho de que se trata del aliado político de Bolivia?
Éstas son las preguntas que el experto en asuntos de litio Juan Carlos Zuleta se hace y que aún no han sido respondidas por el Gobierno.
Durante la suscripción del convenio, el viceministro de Relaciones Económicas y Comercio Exterior, Pablo Guzmán, expresaba que de todas las naciones que remitieron sus propuestas para industrializar el litio, “Venezuela es la ‘única’ con una propuesta seria” y con la que se podía dar “un paso más para que Bolivia pueda constituirse en un importante centro productor de baterías y pilas de litio”.
Zuleta tiene algunas interrogantes, pues Venezuela es poseedora de los mayores yacimientos fósiles de petróleo, algo certificado por la misma OPEP. “Si el litio está empezando a sustituir al petróleo en muchas áreas, no creo que le cause mucha gracia a Venezuela y a Irán que nuestro proyecto piloto de litio sea exitoso. Así, no creo que Venezuela sea el socio estratégico adecuado”, explica.
Entonces, para qué necesita Bolivia a Venezuela?, ¿por los recursos económicos?
“Tenemos en el Banco Central de Bolivia. El Gobierno ya comprometió 900 millones de dólares”, se responde Zuleta a sí mismo a tiempo de considerar que la alianza sólo traerá “ruido y dificultades”.
En un artículo anterior, Zuleta formuló dos hipótesis a modo de preguntas sobre el posible interés de Venezuela en este asunto: ¿Se trata de un complot de los países petroleros para postergar el desarrollo de la industrialización del litio? O ¿es que Venezuela, el “aliado político” de Bolivia ingresa en este negocio porque ya cobra factura?
De cualquier manera se trata de preguntas que el Gobierno no ha respondido, por lo que Zuleta propone un encuentro entre autoridades nacionales y personalidades entendidas en temas geoestratégicos, “así como el Gobierno convocó a expresidentes y excancilleres para escuchar sus opiniones sobre el tema marítimo". Sin embargo, hasta ahora no hay señal de que el Gobierno vaya por esta senda.
Acuerdos con 6 países
Fuera de Venezuela, el Gobierno concretó seis acuerdos binacionales para lograr la industrialización del litio, aunque en ninguno de los casos se logró pasar de la firma de intenciones. Aparentemente, estos acuerdos sólo obedecen al interés de esos países por mantener vínculo con Bolivia para no dejar pasar la oportunidad de ser parte del proyecto a futuro, coinciden en afirmar el experto en litio, Juan Carlos Zuleta y el exministro de Minería, Dionisio Garzón, según notas publicadas en la página digital Hidrocarburosbolivia.com.
Brasil, Irán, Japón, China, Corea del Sur y Holanda son los países con los que Bolivia tiene acuerdos firmados, según el seguimiento hecho por Zuleta.
Garzón señaló que es el resultado de la invitación internacional extendida a varios países, hace más de dos años, pero si Holanda quiere colaborar con el ensamblaje o Japón quiere hacerlo con tecnología para iones de litio, no podrán hacerlo mientras no esté concretado el proyecto para obtener el carbonato de litio y, además, hay temas pendientes como el pago por las patentes surcoreanas.
Zuleta afirma que los acuerdos “no responden a ningún plan estratégico y son sólo el resultado de la perseverancia de los diferentes socios para lograr establecer algún tipo de relacionamiento con la Gerencia Nacional de Recursos Evaporíticos (GNRE), que finalmente se ha traducido en proyectos específicos, cursos de capacitación, viajes” y otros.
China
Otro de los aspectos que llama la atención en esta relación es la alianza con China. Según observa Zuleta, casi siempre que se reúnen altos ejecutivos chinos para tratar el tema del petróleo en Venezuela, llegan, a los pocos días, emisarios venezolanos para hablar con el gobierno de Bolivia sobre el litio.
Éste es el caso de la última visita del canciller venezolano Elias Jaua para reunirse con Bolivia, principalmente después de una reunión de alto nivel de China a Venezuela. “Todo esto es muy sintomático”, cuestiona Zuleta.
Pero, siendo un país con tan poca experiencia en el tema del litio, sin recursos tecnológicos ni humanos, y considerando sus ingentes yacimientos de petróleo, cuya energía se pretende suplir en los próximos 20 años precisamente con el litio, ¿será Venezuela el aliado estratégico que Bolivia necesita?, ¿o es que pesa tanto el hecho de que se trata del aliado político de Bolivia?
Éstas son las preguntas que el experto en asuntos de litio Juan Carlos Zuleta se hace y que aún no han sido respondidas por el Gobierno.
Durante la suscripción del convenio, el viceministro de Relaciones Económicas y Comercio Exterior, Pablo Guzmán, expresaba que de todas las naciones que remitieron sus propuestas para industrializar el litio, “Venezuela es la ‘única’ con una propuesta seria” y con la que se podía dar “un paso más para que Bolivia pueda constituirse en un importante centro productor de baterías y pilas de litio”.
Zuleta tiene algunas interrogantes, pues Venezuela es poseedora de los mayores yacimientos fósiles de petróleo, algo certificado por la misma OPEP. “Si el litio está empezando a sustituir al petróleo en muchas áreas, no creo que le cause mucha gracia a Venezuela y a Irán que nuestro proyecto piloto de litio sea exitoso. Así, no creo que Venezuela sea el socio estratégico adecuado”, explica.
Entonces, para qué necesita Bolivia a Venezuela?, ¿por los recursos económicos?
“Tenemos en el Banco Central de Bolivia. El Gobierno ya comprometió 900 millones de dólares”, se responde Zuleta a sí mismo a tiempo de considerar que la alianza sólo traerá “ruido y dificultades”.
En un artículo anterior, Zuleta formuló dos hipótesis a modo de preguntas sobre el posible interés de Venezuela en este asunto: ¿Se trata de un complot de los países petroleros para postergar el desarrollo de la industrialización del litio? O ¿es que Venezuela, el “aliado político” de Bolivia ingresa en este negocio porque ya cobra factura?
De cualquier manera se trata de preguntas que el Gobierno no ha respondido, por lo que Zuleta propone un encuentro entre autoridades nacionales y personalidades entendidas en temas geoestratégicos, “así como el Gobierno convocó a expresidentes y excancilleres para escuchar sus opiniones sobre el tema marítimo". Sin embargo, hasta ahora no hay señal de que el Gobierno vaya por esta senda.
Acuerdos con 6 países
Fuera de Venezuela, el Gobierno concretó seis acuerdos binacionales para lograr la industrialización del litio, aunque en ninguno de los casos se logró pasar de la firma de intenciones. Aparentemente, estos acuerdos sólo obedecen al interés de esos países por mantener vínculo con Bolivia para no dejar pasar la oportunidad de ser parte del proyecto a futuro, coinciden en afirmar el experto en litio, Juan Carlos Zuleta y el exministro de Minería, Dionisio Garzón, según notas publicadas en la página digital Hidrocarburosbolivia.com.
Brasil, Irán, Japón, China, Corea del Sur y Holanda son los países con los que Bolivia tiene acuerdos firmados, según el seguimiento hecho por Zuleta.
Garzón señaló que es el resultado de la invitación internacional extendida a varios países, hace más de dos años, pero si Holanda quiere colaborar con el ensamblaje o Japón quiere hacerlo con tecnología para iones de litio, no podrán hacerlo mientras no esté concretado el proyecto para obtener el carbonato de litio y, además, hay temas pendientes como el pago por las patentes surcoreanas.
Zuleta afirma que los acuerdos “no responden a ningún plan estratégico y son sólo el resultado de la perseverancia de los diferentes socios para lograr establecer algún tipo de relacionamiento con la Gerencia Nacional de Recursos Evaporíticos (GNRE), que finalmente se ha traducido en proyectos específicos, cursos de capacitación, viajes” y otros.
China
Otro de los aspectos que llama la atención en esta relación es la alianza con China. Según observa Zuleta, casi siempre que se reúnen altos ejecutivos chinos para tratar el tema del petróleo en Venezuela, llegan, a los pocos días, emisarios venezolanos para hablar con el gobierno de Bolivia sobre el litio.
Éste es el caso de la última visita del canciller venezolano Elias Jaua para reunirse con Bolivia, principalmente después de una reunión de alto nivel de China a Venezuela. “Todo esto es muy sintomático”, cuestiona Zuleta.
lunes, 4 de noviembre de 2013
Reactivan plan para fabricar cátodos
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Esta semana, el Gobierno tratará de poner en marcha el acuerdo con Kores-Posco, que permita al país ingresar en la producción de cátodos de litio con materia prima nacional. Este proyecto está paralizado desde hace más de un año.
Los cátodos de litio son el 40% de las baterías de ion litio, y a pesar de esta importancia, la planta piloto acordada con la surcoreana Kores-Posco ni empezó. Y ¿cómo pretende el Gobierno producir estas baterías en La Palca? La respuesta es con cátodos chinos, de acuerdo con lo indicado en informes de semanas pasadas.
Fuentes gubernamentales aseguraron que el viernes fijaron para mañana una reunión con la contraparte en la que tratarán de viabilizar la producción de cátodos de litio bolivianos. La contraparte surcoreana inclusive ya designó a Daniel Lee como gerente del proyecto /ANF
Los cátodos de litio son el 40% de las baterías de ion litio, y a pesar de esta importancia, la planta piloto acordada con la surcoreana Kores-Posco ni empezó. Y ¿cómo pretende el Gobierno producir estas baterías en La Palca? La respuesta es con cátodos chinos, de acuerdo con lo indicado en informes de semanas pasadas.
Fuentes gubernamentales aseguraron que el viernes fijaron para mañana una reunión con la contraparte en la que tratarán de viabilizar la producción de cátodos de litio bolivianos. La contraparte surcoreana inclusive ya designó a Daniel Lee como gerente del proyecto /ANF
Esta semana se intenta poner en marcha acuerdo para fábrica de litio
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Esta semana, el Gobierno tratará de poner en marcha el acuerdo con Kores, que permita al país ingresar en la producción de cátodos de litio con materia prima nacional. Este proyecto está paralizado desde hace más de un año.
Los cátodos de litio son el 40 por ciento de las baterías de ión litio, y a pesar de esta importancia, la planta piloto acordada con la surcoreana Kores-Posco ni empezó. Y ¿cómo pretende el Gobierno producir estas baterías en La Palca? La respuesta es con cátodos chinos, de acuerdo con lo indicado en informes de semanas pasadas.
El viernes en fuentes gubernamentales aseguraron que el día anterior fijaron para el martes una reunión en la que tratarán de viabilizar la producción de cátodos de litio bolivianos. La contraparte surcoreana inclusive ya designó a Daniel Lee como gerente del proyecto.
Los cátodos de litio son el 40 por ciento de las baterías de ión litio, y a pesar de esta importancia, la planta piloto acordada con la surcoreana Kores-Posco ni empezó. Y ¿cómo pretende el Gobierno producir estas baterías en La Palca? La respuesta es con cátodos chinos, de acuerdo con lo indicado en informes de semanas pasadas.
El viernes en fuentes gubernamentales aseguraron que el día anterior fijaron para el martes una reunión en la que tratarán de viabilizar la producción de cátodos de litio bolivianos. La contraparte surcoreana inclusive ya designó a Daniel Lee como gerente del proyecto.
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