martes, 31 de julio de 2012

Dicen que Jindal alquiló y no compró maquinaria

Luego del divorcio entre la empresa siderúrgica Jindal Steel Bolivia (JSB) y el Gobierno, otro escándalo se asoma, pues desde el Ministerio de Minería y de la Empresa Siderúrgica Mutún (ESM) indicaron que las chancadoras, las seleccionadoras y las gribas no fueron adquiridas por la JSB, sino que fueron alquiladas a empresas brasileñas que radican en Corumbá.
Ricardo Cardona, presidente de la ESM, señaló que se pudo constatar que las nueve máquinas que están en el yacimiento de hierro de Mutún fueron alquiladas y que no se trató de una compra que requirió una inversión de $us 5 millones como lo aseguraron los empresarios de la JSB.
De igual forma, fuentes del Ministerio de Minería señalaron que tres empresas hicieron su denuncia por deudas de $us 200.000 y $us 650.000 que tendría la JSB por concepto de alquiler de estos equipos.
Sobre las empresas que se están postulando para remplazar a la india, Cardona aseguró que aún ninguna de ellas cubre las expectativas del Gobierno.
A su vez, desde la JSB indicaron que cualquier consulta se la debe dirigir a sus representantes que están en la India.

En detalle

- Propuesta. El Ministerio de Minería indicó que hay 15 empresas extranjeras, la mayoría asiáticas, que mostraron su interés por explotar e industrializar el hierro de Mutún.

- Pedido. Ricardo Cardona, titular de la ESM, explicó que para realizar el 50% de lo que tenía previsto hacer la JSB necesita unos $us 700.000. Cardona aseguró que ya se capacitó a más de 40 operarios y que están listos para la primera fase de la explotación y posterior industrialización del hierro.

- Posición. Carlos Arze, economista del Cedla, indicó que el contrato con la empresa Jindal fue un cálculo político y no una iniciativa técnica.

Descartan ingreso de cooperativas para la explotación del Mutún

Concluido el contrato por el Proyecto Siderúrgico del Mutún establecido el 2007 con la empresa Jindal, el ministro de Minería, Mario Virreira, afirmó que no se acudirá a cooperativas mineras de Puerto Suárez para la explotación de esos yacimientos.

En una entrevista publicada este martes por La Razón, Virreira afirmó: "Respeto la opinión y los planteamientos que puedan venir de las Autoridades de Puerto Suárez. Pero no vamos a implementar cooperativas en el mutún, no es posible ni pensar en ese tema".

El ministro declaró que los yacimientos de Mutún pasarán a cargo del Estado: "Vamos a continuar con lo que estamos haciendo con la estatal Empresa Siderúrgica del Mutún, que también ha adquirido maquinarias y a eso hay que (añadir) presupuesto para comprar o complementar las maquinarias", dijo.

Se planea reanudar la comercialización del Mutún, según Virreira: "Va a haber una auditoría que nos va a decir qué es lo que ha dejado Jindal. Una vez que se encuentre extinguido el contrato de riesgo compartido, eso va a ser comercializado".

La ruptura del contrato con Jindal, según Virreira, responde a la falta de presentación del estudio de diseño final respecto a la solicitud del uso de gas. La empresa no habría concluido las negociaciones con Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) y no se prestaría a auditorías.

Virreira afirmó que existen muchas empresas interesadas en el hierro de la concesión del mutún otorgada a Jindal. Sin embargo, añadió: "Ellas deben tomar en cuenta que estamos actuando con seriedad, no en función contraria a los intereses nacionales, sino que estamos exigiendo el respeto a nuestro país."

La decisión del ministro respecto a Jindal consiste en exigir una compensación económica correspondiente a daños y perjuicios por la no inversión de la Jindal Internacional (India). "El contrato establecía que debía invertir aproximadamente $us 600 millones y la auditoría dirá si invirtió 100 o 50 millones", declaró.

ANF

Puerto Suárez pasa del sueño a la frustración

Hace seis años, la avenida Bolívar de la localidad de Puerto Suárez lucía losetas. En 2011, la empresa Jindal las extirpó para pavimentar la vía, pero no cumplió su promesa. “Por eso nosotras bloqueamos la avenida y pedimos que la asfalten de inmediato, luego en la Alcaldía nos dijeron que la culpa era de la Jindal”, rememora la porteña Rita Gallardo Correa, quien junto a su hermana y su madre protestó en mayo de este año por la obra mal ejecutada. Dos meses después, la transnacional india se va de Bolivia.

La principal “ahijada” de la Jindal en la provincia cruceña Germán Busch no ha cambiado casi nada desde la rúbrica del contrato de riesgo compartido entre el Estado y la compañía asiática en 2007, para la explotación del rico yacimiento de hierro que se encuentra a aproximadamente 25 kilómetros de la urbe. Más bien, el proyecto le ha traído hasta ahora más problemas que beneficios, por la ola de inmigrantes de todos los departamentos, que llegaron por miles, con la ilusión de comer una tajada de la torta de los empleos y las ganancias.Colapso. Para Puerto Suárez —la capital provincial que debía recibir 15% de las regalías del millonario negocio que apuntaba dejar $us 200 millones de impuestos desde que comience a correr el complejo siderúrgico—, la política de la Jindal de “apadrinar” a las ciudades cercanas a sus vetas mineras con el financiamiento de servicios básicos, escuelas, hospitales... en resumen, desarrollo, ha sido un mero discurso. Por ahora, el futuro de la población ha quedado en manos del corto presupuesto municipal y los proyectos impulsados por el Gobierno y la Gobernación.

El alcalde Roberto Vaca confiesa que la Jindal trajo sólo promesas, ya que no puso un solo ladrillo para edificar una unidad educativa o el tan ansiado hospital de tercer nivel; infraestructuras necesarias ante el crecimiento de la mancha urbana por la llegada de al menos 8.000 inmigrantes de la fiebre del hierro. El fenómeno derivó en la creación de siete barrios y el colapso de los servicios básicos; y las escuelas y los dos hospitales no dan abasto a los 28 mil habitantes. “Es un gran perjuicio que el proyecto no se haya ejecutado como queríamos”, se lamenta.

Aparte, los trabajadores de la Jindal han quedado sin dinero en sus billeteras tras la paralización de las operaciones en mayo de este año. El presidente del Comité Cívico de Puerto Suárez, José Luis Santander, informa que “más de 150 obreros, la mayoría porteños, eran parte de la empresa” y han quedado en la calle, a la espera de que renazca la explotación en el 50% del cerro Mutún que fue concedida a la compañía.

Además, se ha generado un descontento porque afloraron denuncias de que los salarios de los mineros oscilaban entre Bs 1.115 y 1.500, mientras que los de algunos administrativos ascendían a Bs 8.000.

Daniel Suárez es un dirigente vecinal que no le da vueltas al asunto y sentencia que con la llegada y el adiós de la transnacional “el sueño de los porteños se ha convertido en pesadilla”. Y añade que junto a la partida de los ejecutivos de la subsidiaria Jindal Steel Bolivia, igual quedó en nada el politécnico de siderurgia, que debía ser el centro de capacitación por excelencia para los operarios contratados y los aspirantes a extraer el hierro y demás minerales del yacimiento cruceño. “Algunos estudiaron ahí, pero a la mayoría no los recibieron”.

La hotelería es otro rubro que terminó con los crespos hechos porque sus planes para albergar empresarios o reuniones de negocios, cayeron en el limbo. Desde el hotel Casa Real, su administradora Virginia Pérez de Ulloa se queja que de nada sirvió que armaran una sala de conferencias y que instalen el servicio Wi-Fi porque no fueron tomados en cuenta por los directivos de la Jindal. “Siempre querían abaratar costos. Han visto que la mano obra era muy barata y así querían pagarlo todo, despreciando el esfuerzo que muchos hicimos para que Puerto Suárez sea gran anfitrión”.

Otro que sufrió un duro revés es el sector del transporte pesado. “Nos presentamos a la licitación para trasladar el mineral en nuestros camiones y no nos tomaron en cuenta”, critica Alejandro Vaca Díez, del sindicato 10 de Noviembre. Es una muestra más de que los desencantos cunden en esta región fronteriza con Brasil, que tiene entre sus principales actividades económicas a la ganadería, la explotación forestal y el comercio informal impulsado por el contrabando. ¿Y la minería? Por ahora ha quedado relegada de nuevo.Inmigrantes.Pero los sueños rotos no invaden solamente a los porteños, sino a las miles de personas de otros departamentos que fueron atraídas por la euforia de la futura industrialización del acero. De acuerdo con el censo de 2001, el municipio de Puerto Suárez tenía entonces 15 mil pobladores; hoy, según los cálculos de la Alcaldía, son 28 mil. Se maneja que al menos 8.000 son inmigrantes que arribaron desde 2008.

Varios de ellos no sólo se instalaron en la urbe, sino que crearon comunidades aledañas que se ubican en el trayecto que se conecta con el preciado cerro Mutún.

A media hora de viaje en vehículo desde el centro porteño se encuentra San Silvestre. A medida que el motorizado avanza, miles de moscas que pululan por los aires se convierten en las anfitrionas. El termómetro marca más de 35 grados centígrados. Los montones de basura sobresalen en el piso, tapando la escasa hier- que se resiste a las bolsas y los desechos. Este sector periférico se ha convertido en el basural de Puerto Suárez. Allí, casi extraviadas entre los desperdicios, se yerguen pequeñas viviendas de nailon.

Una de esas destartaladas casuchas es del tarijeño Mario Justiniano, que es parte de una zona donde en los últimos dos años se crearon otras dos colonias: Victoria y Coquero. En ellas, paceños, cochabambinos, tarijeños, orureños y potosinos se instalaron para algún día formar parte de la mano de obra en el Mutún. El hogar de Mario se halla a unos 50 metros de la carretera que se dirige al yacimiento. Nacido hace 62 años en Villamontes, llegó en abril motivado por las promesas de bonanza económica y, sobre todo, empleos.

“Vivo junto a mis 18 gallinas y cinco patos”, señala al salir de su choza, donde sólo posee un catre de madera y una banca. “Tengo una cama, un fogoncito para cocinar y mis animales. No necesito más”, añade con acento chapaco. Las coplas de una chacarera desde una vieja radio a transistores invaden el ambiente, mientras Mario pijcha o masca coca, ingiere el vico (bicarbonato), fuma un cigarro Casino y dibuja una sonrisa. “Vivo bien nomás, nadie me molesta. Me comprau (sic) este terreno de una hectárea y quiero vivir aquí mis últimos días”.

Relata que no calificó para estar en el ejército de mineros de la Jindal o la estatal Empresa Siderúrgica del Mutún (ESM), que su esposa lo dejó y que sus tres hijos mayores no lo llaman. “Ya no extraño Villamontes, aquí estoy bien”, recalca y después da volumen a su radio que entona, con tristeza, Boquerón abandonado. De pronto, deja de lado su resignación y anuncia que una vez que la estatal ESM se haga cargo de la explotación del mineral, se presentará de nuevo para solicitar trabajo. “La esperanza es lo único que me queda”, dice.

A unos diez minutos de caminata vive el potosino Sadiel Coraite. El hombre de 50 años nació en Cotagaita hace 50 años y hace dos que radica en este paraje cruceño, atraído igualmente por la fiebre del hierro que traspasó las fronteras de Puerto Suárez. “Vine como todos, esperando trabajar en el Mutún, pero nunca hubo nada”, manifiesta desde el fondo de un estropeado taxi modelo 87, que compró con sus ahorros y con el que ahora se gana la vida.

La comunidad San Silvestre está compuesta por ocho familias de inmigrantes. “Es bien difícil vivir entre la basura, pero no tenemos otra. No se imagina cómo es almorzar en medio de moscas, pero hay que seguir nomás”, acota, sonriente, el chofer que tuvo que acostumbrarse a la fuerza al clima que —fuera de julio cuando impera el invierno— exprime los cuerpos la mayor parte del año, sobre todo en septiembre. “Ese mes la temperatura llega hasta los 38 y 40 grados centígrados y las moscas no nos dejan ni siquiera respirar”.

A Coraite le comentaron que el municipio encontró otro terreno para botar los desechos sólidos de sus aproximadamente 28 mil habitantes; no obstante, desconfía de la versión. “Dicen siempre lo mismo, pero cada cada jornada traen más basura por aquí”, arguye, mientras a unos metros, tres personas buscan plásticos entre los promontorios de inmundicias para venderlos a recicladores en Puerto Suárez. El polvo, el mal olor y el humo de los desperdicios que algunos se animan a quemar, tornan insoportable al aire. Sobrevivencia. “Tengo cuatro hijos y cada día los llevo a Puerto Suárez para que estudien”, continúa este padre de familia cuyo mayor anhelo es que el municipio o quienes se encuentren al frente de la industrialización del hierro puedan construir una escuela cerca de San Silvestre y pavimenten el camino de tierra que llega hasta la colonia. “Pero más que todo queremos que se lleven el basural a otra zona, porque nuestros niños se pueden enfermar por la basura que arrojan cerca de nuestras casas”, demanda el potosino.

Por la región también se erigen las comunidades de Coquero y Victoria, y resaltan porque sus pobladores del occidente del país han conquistado los paladares de los porteños con su gastronomía típica. Es común que ellos viajen los fines de semana a estos sitios para disfrutar de un suculento silpancho cochabambino, un humeante fricasé paceño o un delicioso vaso de chicha para paliar el calor, a pesar de que en las colonias existe escasez de servicios básicos, especialmente de agua potable.

Los inmigrantes de estos confines hacen malabares para sobrevivir. Están al tanto de las noticias sobre lo que sucede o acontecerá en el cerro Mutún. Y aunque hasta ahora no son nada buenas, confían en que la reactivación del proyecto se produzca en el menor tiempo posible —el Gobierno señala que se requerirán al menos seis meses para una nueva licitación del 50% de la veta que estaba en poder de la Jindal—, para así pugnar por los 21.700 empleos directos e indirectos que se prometieron hace un quinquenio.

Pero la carretera que enlaza Puerto Suárez y el Mutún guarda otras historias de decepciones. “Mis padres vivían mejor que nosotros”, reniega María Rosario Súcare Soliz, de 42 años, desde una vivienda prefabricada de venesta que dejó la Comibol cuando en la primera mitad de los años 90 del siglo pasado explotaba el hierro y exportaba concentrados mediante la Empresa Metalúrgica del Oriente de Santa Cruz, a las acerías de Paraguay y Argentina. Un emprendimiento que quedó en nada por la falta de tecnología, como otros que se pretendieron instalar en la zona.

María es testigo de ese proyecto fallido. La porteña vive en la colonia Cruz Mutún junto a sus allegados, a unos 500 metros del Complejo Siderúrgico del Mutún, donde la Jindal debía construir una ciudad para sus obreros; algo que hoy parece una utopía. Ella recuerda que cuando era pequeña, sus padres pertenecían a la Comibol y se beneficiaban con la pulpería y los hogares dignos. “Ahora nosotros no tenemos nada. La Jindal nos prometió que mejoraría nuestra escuela, nuestras casas y que traería energía eléctrica, pero nada de eso cumplió”, sentencia, mientras muestra su domicilio de unos 15 metros de largo por unos dos metros y medio de alto, dividido en tres cuartos con un baño exterior.

A la par, enseña las velas con las que ilumina cada noche los ambientes forrados con venesta, con agujeros en el techo por los cuales, en tiempo de lluvia, el agua remoja todo el suelo. La pobreza impera en Cruz Mutún. Allí, los niños estudian hasta tercero intermedio y si desean salir bachilleres, deben ir a Puerto Suárez, a una hora de viaje en vehículo. Las mismas necesidades padece la comunidad vecina de La Chalera, que junto a Cruz Mutún y otras situadas a los pies del cerro albergan unas 40 familias de porteños e inmigrantes que fueron contratados por la multinacional india o por la ESM, encargada de la extracción del mineral en el otro 50% del yacimiento que no fue dotado a la Jindal.

Hace dos años, María fue dirigente y rememora, con dolor en el rostro, cómo los ejecutivos de la Jindal le negaron a los residentes que utilicen un motor de la planta siderúrgica para instalar energía eléctrica en los hogares. Luego, esperanzada con que el Mutún le provea de beneficios, se enroló como cocinera de la firma asiática, lo que le dejó un mal sabor. “Ellos apenas me pagaron Bs 1.000. Nunca firmé contrato, por eso renuncié”, manifiesta.

Gualberto Ardaya es otro vecino de Cruz Mutún y busca empleo desde que la Jindal se fue del país, ya que era parte de una compañía que brindaba servicios a la transnacional. “Apenas ganaba Bs 1.150, pero ahora que se fueron los de la compañía, qué hago, algo era algo”, se pregunta. “Quizás hubiese sido bueno que se queden, pero con mejores tratos laborales para nosotros y no terciarizándonos. Otra empresa me contrató, pero fue solamente por tres meses (para no pagar beneficios sociales). Ahora quisiéramos que nos empleen con todos los seguros”, reclama.

La otra cara de la moneda son aquellos que se sienten afortunados de haber sido contratados por la ESM. “Los de la Jindal me ofrecieron Bs 1.150, pero ahora gano el triple y estoy bien”, afirma el porteño Jhonny Espinoza, que maneja una de las chancadoras de la estatal minera; empero, tiene miedo de que la unidad educativa La Chalera, a la que van sus cuatro hijos, se venga abajo uno de estos días. “Cuando la Jindal llegó, dijo que iban a ampliar nuestra escuelita, pero sólo la rehabilitaron”.Desilusión. “Nos prometieron que nos iban a dar créditos, que arreglarían nuestras viviendas, la escuela y la casa del profesor. Sólo fueron promesas las que recibimos”, asevera María, y revela un libro de actas con los compromisos de la Jindal. Pero hay otro problema que atormenta a la mujer de tez morena, que la ESM desaloje a las familias de Cruz Mutún de las casas vetustas que la Comibol les dejó desde hace más de dos décadas. El año pasado se les notificó esto. Por ello, para María, la fiebre del hierro se ha convertido en un maleficio que no le deja dormir.

De nuevo en Puerto Suárez, también están los inmigrantes que perdieron las esperanzas de extraer minerales y se dedicaron a otro oficio. Al frente de un Toyota modelo 85, el orureño Benedicto Choque es un chofer que brinda el servicio entre la ciudad porteña y el Mutún; radica allí desde fines de 1977 y comenta: “Yo sabía que la Jindal se iba a ir porque no ha hecho nada… No tenía ni una carretilla propia de ellos”, dice el aymara, con acento oriental.

Nacido en Curahuara de Carangas, el hombre trabajó para la Comibol en el transporte de minerales en los años 80; pero cuando la Jindal no le otorgó empleo, tomó el volante para ganar dinero. “Que se vaya/ que se vaya/”, tararea Benedicto, con humor, un huayño clásico convertido en cumbia hace unos 30 años. Añade que los ejecutivos de la Jindal no querían invertir y que hicieron bien en irse. “Eran k’ewas (maricones)”, señala, con picardía colla. Es otro de los rostros de las esperanzas y desilusiones del Mutún en Puerto Suárez.

Sondeo refleja descontento

El sábado 21 de julio, Informe La Razón realizó una encuesta en el centro de Puerto Suárez. La pregunta formulada fue: ¿A usted le benefició la llegada de la Jindal a Puerto Suárez? Los resultados: 44 porteños dijeron que no y seis respondieron afirmativamente.

La consulta se efectuó en la plaza principal 10 de Noviembre y sus alrededores, y en el mercado central. La mayoría sostiene que el arribo de la transnacional que debía industrializar el millonario yacimiento de hierro de la región, no trajo los efectos esperados, sobre todo en la economía. Respuestas como: “en cinco años no hubo nada”, “con ellos o sin ellos, estamos igual que antes”, “soy chofer y nunca me emplearon” y “decían que iba a haber 5.000 empleos y nunca hubo nada”, fueron algunos de los comentarios que expresaron los entrevistados por esta revista.

Un reducido grupo de seis habitantes reconoció que los mineros asiáticos trajeron beneficios a su localidad y la provincia Germán Busch. “En 2007 y 2008, yo vendía 300 empanadas de pollo en el Mutún”, “las calles del centro de Puerto Suárez estaban mal y ahora al menos las arreglaron un poco”, dijeron a este medio.

Eso sí, algunos coincidieron en que el Estado y la multinacional del acero nunca coordinaron sus tareas. Una ciudadana que fue empleada de la Jindal, por ejemplo, se quejó de los bajos salarios que le pagaban a ella y otras compañeras.

En las calles, no solamente se palpa descontento social con la Jindal, ya que esto se amplía a las autoridades del municipio, la Subgobernación provincial y el Comité Cívico, instituciones que, generalmente, salieron en defensa de la compañía india.

No hay vestigios de las diez plantas ni la ciudad de hierro

Han pasado tres horas del allanamiento militar y policial a las oficinas de la Jindal Steel Bolivia (JSB) —filial de la transnacional india Jindal Steel & Power Limited— en el cerro Mutún, a una hora de viaje de la ciudad cruceña de Puerto Suárez. El viento recorre las pequeñas colinas donde el hierro a flor de piel debe esperar aún para salir a los mercados extranjeros.

Son las 12.30 del viernes 20 de julio. Unos 20 policías militares del Batallón de Infantería V de Calama de la Armada vigilan que nadie entre ni salga del yacimiento que ha despertado durante décadas las esperanzas de desarrollo de la provincia Germán Busch, uno de los reservorios más grandes del orbe, con más de 40 mil millones de toneladas de hierro y otras 10 mil millones de manganeso en sus entrañas.

En esa región calurosa no hay señales del paradero de los ejecutivos asiáticos que anunciaron su partida del país el 16 de julio, aquellos que debían garantizar la construcción del complejo siderúrgico con al menos diez plantas para la industrialización, con una inversión de $us 2.100 millones y la generación de unos 21.700 empleos directos e indirectos. Más aún, no hay señales de los avances de este proyecto. Y en el ingreso a los predios, el laboratorio luce desmantelado. “Sólo han dejado un par de tubos de ensayo”, manifiesta un oficial militar a cargo del control.

Sólo una orden de la Fiscalía, que ave-rigua el supuesto incumplimiento en el plan de inversiones de la compañía, permite el acceso a la veta. Han pasado las 16.00 y tras varias gestiones ante los uniformados y el compromiso de no penetrar al antiguo laboratorio de la Jindal, pisamos el Mutún, caminamos por parte de las más de 5.000 hectáreas de la concesión que se le entregó a los empresarios indios hace cinco años exactos.

Hay que ascender al menos unos 300 metros para arribar a la zona de explotación. Se necesitan vehículos de doble tracción y rezar que ningún pedazo de hierro que abunda en la serpenteada vía pinche los neumáticos.

Hay sectores donde sólo quedan rocas. Mientras que decenas de promontorios ferrosos de unos diez metros de altitud están sembrados a izquierda y derecha. Son parte de las pocas evidencias de que la Jindal estuvo operando en esa área fronteriza con Brasil, además de las vallas de seguridad industrial que aparecen desde la salida de Puerto Suárez y nueve máquinas móviles. Muy poco, casi nada, si se toma en cuenta que allí debía edificarse el tan ansiado complejo siderúrgico del Mutún.

Las cribas y chancadoras o seleccionadoras del mineral llevan las marcas Extec y Sandivk. Sin embargo, los cerebros de estas nuevas máquinas están desaparecidos. Mientras el Ministerio Público realiza sus investigaciones, el ingeniero Enrique Vera, de la estatal Empresa Siderúrgica Mutún (ESM) —encargada de explotar el 50% del yacimiento que no fue dotado a la Jindal—, emite una hipótesis sobre el destino de esos pequeños aparatos electrónicos.

“Sí, parece que se han llevado los cerebros (de las máquinas). Ahora esto corresponde (que sea investigado por) la Fiscalía; si es así, va a ser muy difícil ponerlas nuevamente en funcionamiento, porque son computarizadas”, sostiene el responsable de la Gerencia de Operaciones de la ESM. En el lugar, yacen unas pequeñas cajas que habrían el albergue del material extraviado. “Sin estos cerebros, las máquinas se quedarán como simple chatarra”, señala, por su lado, Jhonny Espinoza, que es operador de máquinas de la ESM.

La hipótesis es que trabajadores de la multinacional que frenó sus actividades en mayo de este año por las divergencias con el Gobierno, enterados de la intervención militar y policial en las instalaciones, vinieron y se llevaron los artefactos electrónicos. Asimismo, en el sitio brillan por su ausencia los cuatro funcionarios indios que lo frecuentaban y que dirigían las labores diarias. El rumor que corre en Puerto Suárez es que se habrían ido al otro lado de la frontera, a la ciudad brasileña de Corumbá.Informe. Las máquinas tienen unos 25 metros de largo por cinco de alto y se destacan en el paisaje. En una destaca una placa metálica que reza: “Buenos Aires 2008”. Al respecto, desde la ciudad de La Paz, el diputado oficialista Jaime Medrano (MAS), quien, junto a los asambleístas Pascual Huarachi (MAS) y el opositor Alcides Gallardo (CN), visitó el Mutún en junio y escribió un informe, postula que la maquinaria de la Jindal no era nueva. “Extec ofrece maquinaria a medio uso”.

Medrano recuerda que, según el contrato de riesgo compartido firmado en 2007, la “maquinaria debe ser de punta. Parece que las que tienen en el Mutún son antiguas”. Pero las objeciones van más allá, porque en el cerro que se erige a unos 25 kilómetros de Puerto Suárez no se aprecia ninguna prueba de la edificación de las diez plantas que se comprometió la empresa, menos puntales o pilares sobre futuras construcciones en este yacimiento.

En la parte plana de la concesión no se nota vestigio alguno de la planta siderúrgica principal, tampoco del prometido campamento para los trabajadores. “Eso de la gran ciudad de acero no existe. No-sotros vivimos todavía aquí en estas viviendas que la Corporación Minera de Bolivia (Comibol) nos dejó hace casi 20 años”, critica el minero porteño Gualberto Ardaya, que hasta hace dos semanas trabajaba en la Jindal y ganaba Bs 1.150 mensuales.

El Estado entregó hace dos años el 95% de las 5.225 hectáreas de terreno que precisaba la transnacional para correr con el emprendimiento, es decir, 4.981 hectáreas, por lo que sólo restaban unas 244 hectáreas, de acuerdo con el documento elaborado por los diputados Medrano, Huarachi y Gallardo a pedido expreso de la Asamblea Legislativa Plurinacional.

En esta superficie, entre este año y el próximo, debían estar funcionando las plantas de industrialización. “Hasta octubre de 2014 debían estar las diez plantas, eso dijeron ellos (Jindal), y parece que recién firmaron un contrato con una firma norteamericana para que las hagan, pero este año ya deberíamos estar conociendo las plantas. Ya debería estar la ingeniería de planta en obra bruta, pero no hay nada, ni una excavación”, denuncia Medrano.

En donde sí hay resabios de obras es en el ingreso a la veta, donde además del laboratorio desmantelado, se armaba una infraestructura para el personal administrativo, que igual ha quedado inconclusa. Sin embargo, a pesar de los retrasos, el presidente del Comité Cívico de Puerto Suárez, José Luis Santander, defiende a la Jindal Steel Bolivia. “Se iba a construir una gran planta, pero con este allanamiento lo único que estamos haciendo es postergar una vez más el sueño de los porteños”.

El cívico advirtió la pasada semana que se convocará a la Asamblea de la Porteñidad para exigir al Órgano Ejecutivo mayor participación en el directorio junto a la ESM, y que además se le otorgue el 10% del 50% de las reservas que la estatal tiene para la explotación. “Podemos conformar cooperativas mineras con las personas que trabajaron en el Mutún”.

El dirigente vecinal porteño Daniel Suárez considera que con todo lo sucedido se demuestra que los ejecutivos de la multinacional india se mofaron de las ilusiones de todos los bolivianos. “Dijeron que iban a construir una ciudad nueva en Puerto Suárez, una ciudad de hierro en el yacimiento, pero no hay nada. La Jindal no construyó ni una vivienda y soló se sirvió de nosotros para poder ganar en la bolsa de valores”.

A una hora y media de viaje en carretera desde el Mutún, Ybar Antelo, alcalde de Puerto Quijarro, el otro municipio que debía beneficiarse con los proyectos financiados por el emprendimiento siderúrgico y las regalías que iba a dejar la exportación del hierro, asevera que nunca vieron obras de magnitud por parte de la Jindal. “Nos vendieron ilusiones y ahora los municipios pagamos por los inmigrantes que han llegado hasta estas tierras”.Inversión. Los líderes porteños piden ahora al Gobierno que también se defina el destino de las aproximadamente 800 mil toneladas de hierro —tanto del primario (con menor cantidad de fósforo) como del secundario (con más fósforo)— que por varios motivos se encuentran abandonados en el Mutún. A ello se sumarían otras 80 mil toneladas que explotó la ESM. La causa apunta a obtener algo de las regalías comprometidas. En su momento se indicó que unos $us 100 millones en mineral estaban sin poder ser comercializados en el cerro desde cuya cima se divisa gran parte de Puerto Suárez y la frontera con Brasil.

Ahora, tras la salida de la Jindal, las pesquisas del Ministerio Público pretenden develar cuánto invirtió la compañía en el yacimiento, ya que hasta abril de este año los recursos económicos gastados debían ascender a $us 600 millones. Pero una auditoría encomendada por la ESM a la empresa Delta Consult SMS Bolivia señala que la Jindal invirtió supuestamente sólo $us 12 millones. No obstante, la aludida alega que sus inversiones alcanzaron los $us 583,47 millones, sobre todo por la adquisición de dos plantas y la construcción de obras civiles en el futuro complejo.

Este intríngulis es la razón del proceso por incumplimiento de contrato iniciado por la Fiscalía. Aunque en el Mutún, el panorama muestra que no hubo avances; claro, aparte de las vallas, el camino ripiado que conduce al cerro, la infraestructura que comenzaba a florecer para el personal administrativo y las nueve máquinas, entre chancadoras y seleccionadoras, que ahora están inactivas por la falta de cerebros electrónicos para operarlas.

“Ellos (los de la Jindal) estaban exportando materia prima, que en su momento la Comibol ya lo hizo”, protesta el diputado Medrano, que aún espera una reunión con el ministro de Minería, Mario Virreira, tras la constatación que hizo en junio con sus dos colegas en la localidad porteña, un mes antes de que la compañía india rescinda el pacto con el Estado, anuncie un juicio por daños y perjuicios, y culpe al Ejecutivo por el proyecto fallido.

En este yacimiento de hierro descubierto en 1848, la naciente Comibol realizó en 1956 los primeros estudios para determinar las reservas del mineral y las posibilidades para su explotación; en los 90, la Empresa Metalúrgica del Oriente (Emedo) extraía la riqueza y enviaba la materia prima a las metalúrgicas de Paraguay y Argentina; ello hasta que la falta de tecnología mató el emprendimiento.

Hasta mayo de este año, cuando la Jindal paralizó sus actividades, ésta explotaba el material secundario de la veta, el que se encuentra en la superficie y no así el primario, que está en el subsuelo, para lo cual la tecnología de punta es vital. “Ahí también existe un incumplimiento del contrato que especifica que se debe explotar un 30% del material secundario y un 70% del primario, pero ellos estaban explotando más el secundario, el que está en la superficie”, apunta Medrano, quien habla con conocimiento porque fue minero en la población de Huanuni durante 15 años.

Al margen de los incumplimientos en cuanto a inversiones en el complejo, se halla las que Jindal debía realizar en las cercanías del Mutún, para la construcción de una urbe que cobije a los más de 6.700 trabajadores que iba a contratar en el de-sarrollo del proyecto. No obstante, ello quedó en simple promesa. Las colonias que se erigieron en las faldas del yacimiento de hierro no han recibido ningún beneficio de la llegada de la transnacional que, según su hoja de vida, tiene miles de millones de dólares en capital e inversiones en los cinco continentes del mundo.Trabajos. Extrabajadores de la Jindal que habitan por los alrededores del yacimiento se quejan de haber sido “terciarizados” por una firma contratada por la firma asiática, que pagaba bajos sueldos, entre Bs 1.150 y 1.500, y sin beneficios sociales. Y aunque el alcalde de Puerto Suárez, Roberto Vaca Yorge, recuerda que muchos obreros le hicieron conocer su protesta por este trato, los administrativos siempre hicieron oídos sordos. Hoy, según el cívico Santander, al menos 150 personas quedaron sin empleo, la mayoría porteñas.

Ante este problema, el gerente de Operaciones de la ESM, Enrique Vera, abre las puertas para que los desocupados puedan ser contratados por la estatal, previa valoración. En el mismo tono se expresa el diputado Medrano. “Ahora les toca organizarse a ellos (extrabajadores), se podría ver un convenio con el Ministerio de Minería para que sean recontratados por la nueva empresa. Hay gente que llegó de otros departamentos y que antes no conocía la explotación del acero y que ahora puede ser muy útil”, indica el asambleísta.

Puerto Suárez es integrante de la mancomunidad de municipios de la Gran Chiquitanía, que es presidida por Germaín Caballero, para quien ahora es necesario la transparencia en el manejo del proyecto. “Visité el Mutún y el Estado tiene razón (no hay inversión), ahora hay que confiar en que el nuevo proceso de licitación sea abierto (se calcula que durará seis meses), transparente y que la firma que venga garantice una tarea responsable”.

El sueño de la extracción del hierro es tan grande que hasta los artistas porteños le compusieron canciones. Una dice: “Mutún/Mutún/Mutún/Después de cuatro siglos te llegamos a explotar”. El compositor Pedro Suárez falleció hace poco y seguro estaría triste porque su copla no se cumplió. “A este paso muchos no veremos hecho realidad este gran proyecto”, dice Rita Gallardo, porteña que no precisa de auditorías para sentenciar que su región no recibió nada de la Jindal ni del Mutún.

La estatal ESM tiene maquinaria nuevaA unos 200 metros de los predios de la Jindal Steel Bolivia (JSB), la maquinaria de la estatal Empresa Siderúrgica del Mutún (ESM), que debe trabajar en el otro 50% del yacimiento de hierro, estrenó hace cuatro meses maquinaria para la explotación minera. En el sector hay dos chancadoras y dos clasificadoras móviles de la marca alemana Kleemann. “Seguro nos informarán cuándo vamos a comenzar, pero ya está el equipo”, manifiesta Enrique Vera, gerente de Operaciones de la ESM.

Allí, el personal fue capacitado por operarios europeos en el manejo computarizado de estos gigantes que quiebran el mineral y que lo clasificarán antes de que sean enviados al mercado extranjero.

“Yo soy operador y manejo esta máquina”, comenta con orgullo Jhonny Espinoza, un poblador de la colonia El Charal que, según él, gana por lo menos unos Bs 3.000 como operador de una de las clasificadoras de la estatal minera.

Las máquinas son azules y nuevas, distintas a las que se encuentran al frente y que pertenecen a la Jindal. Al ingreso nomás un guardia de seguridad entrega cascos de seguridad industrial a los visitantes para emprender el recorrido.

Una tricolor en una de las casetas de vigilancia avisa de que esos predios son explotados por el Estado boliviano. A unos 100 metros, unas imponentes volquetas retiran el material para luego llevarlas a las chancadoras y clasificadoras. Retraso. La pasada semana, el viceministro de Desarrollo Productivo Minero, Freddy Beltrán, informó que la industrialización del hierro del cerro del Mutún se retrasará por cuatro años, es decir que la misma iniciaría en 2016, por el incumplimiento de la transnacional india en el programa de inversiones y de trabajos en la sede del megaemprendimiento.

No obstante, la labor de la ESM camina a paso seguro, de acuerdo con su presidente, Ricardo Cardona. Él anunció a La Razón que para el siguiente año se tiene planificado la producción de millones de toneladas de concentrados de mineral que serán exportadas al Mercado Común del Sur (Mercosur) y Asia, aparte de aceros laminados para el mercado boliviano.

Mutún, un proyecto fallido

El contrato minero más grande de la historia de Bolivia ha quedado en nada tras cinco años exactos de vigencia. La transnacional india Jindal Steel & Power Limited ha dejado el país, ha abandonado la explotación del millonario yacimiento de hierro del cerro Mutún en la provincia cruceña Germán Busch, en la localidad de Puerto Suárez. Y su salida ha traído mucha tela para cortar.

Desde que la veta fue descubierta a mediados del siglo XIX, el proyecto es uno de los anhelos postergados de los pobladores de esa región fronteriza con Brasil, que ha adoptado la denominación de “la futura capital del acero”. Este nombre no es gratuito, está avalado por más de 40 mil millones de toneladas de hierro y 10 mil millones de manganeso que yacen en el Mutún, que lo convierten en una de las mayores reservas del mundo, un potencial que los gobiernos de turno no pudieron aprovechar desde 1956, cuando atrajo la atención del gobernante Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR).

Ese año se encargó a la flamante Corporación Minera de Bolivia (Comibol) y al Servicio Geológico de Bolivia la inspección geológica del sitio y la cuantificación de sus ingentes reservas. Tras ello, vino la época de los emprendimientos fallidos: la Empresa Siderúrgica Boliviana S.A. (Sidersa) creada por el presidente de facto Hugo Banzer Suárez (1971-1978) o la Unidad Promotora del Fierro y Acero en Santa Cruz, que unió fuerzas con la Comibol para encomendar, a mediados de los años 80, los estudios de factibilidad para la construcción de una planta de producción de arrabio en base a carbón vegetal.

En 1993 le tocó el turno a la Empresa Metalúrgica del Oriente —parte de la Comibol—, que exportó aproximadamente 350 mil toneladas de concentrados de hierro a acerías o fábricas de acero de Paraguay y Argentina, que devolvían a Bolivia lo comprado en materiales con valor agregado. No obstante, no se avanzó más por la falta de tecnología para la explotación, transporte y embarcación de la producción por uno de los puertos de la provincia (Busch, Quijarro o Aguirre), a través de las aguas de la hidrovía Paraguay-Paraná.

Después, no hubo actividad en el Mutún durante una década, hasta que el Estado lanzó una licitación internacional para la firma de un pacto para la extracción del mineral en el cerro, en una coyuntura dominada por el alza en la demanda y el precio del hierro y el acero, por el impulso de China. Esto convirtió al yacimiento cruceño en un botín codiciado. En abril de 2006, ante el riesgo de frustrarse la adjudicación a la brasileña EBX, los entonces ministros de Planificación del Desarrollo, Carlos Villegas; de Producción y Micro Empresa, Celinda Sosa, y de Minería, Wálter Villarroel, fueron tomados como rehenes en Puerto Suárez. Tras el conflicto, ya se habló de Jindal.

Cuatro meses después, la compañía se adjudicó el contrato de riesgo compartido y creó una subsidiaria: Jindal Steel Bolivia (JSB). El documento fue avalado por el Congreso y también llevó la rúbrica de la estatal Empresa Siderúrgica del Mutún (ESM), y marcó el inicio de un proyecto siderúrgico que no solamente explote, sino que industrialice la riqueza del Mutún, con el desarrollo de la ferrominería mediante concentrados de hierro, su reducción a hierro esponja y briquetas, y la producción de acero y láminas. Mitad de la veta sería aprovechada durante 40 años por la Jindal y la otra parte por el Estado boliviano, con la ESM como protagonista. Promesas. El currículum de la multinacional no dejaba dudas: una empresa en manos de cuatro hermanos (liderada por Naveen Jindal) con medio siglo de experiencia en la explotación de hierro y dueña de 14 plantas (una docena en la India, una en Estados Unidos y otra en Indonesia), con $us 4.500 millones de capital y $us 3.850 millones de ventas anuales, con negocios en 42 países de los cinco continentes y con 32 poblaciones adoptadas como “ahijadas”, bajo la política de “apadrinar” urbes aledañas a sus minas.

Las metas y promesas no tenían precedentes: el proyecto reemplazaba como combustible al carbón vegetal por el gas natural, con $us 2.100 millones de inversión, 1,7 millones de toneladas de hierro esponja y 1,4 millones de toneladas de acero laminado anuales para el mercado interno y la exportación, $us 200 millones de impuestos al año, 6.700 empleos directos y 15 mil indirectos. Aparte, la construcción de una ciudad cercana al Mutún para los trabajadores y la instalación de servicios básicos, hospitales, escuelas y hasta una universidad técnica para los nuevos “ahijados”: los municipios de Puerto Suárez, Puerto Quijarro y Carmen Rivero.

Luego de que el banco BISA garantizara a la Jindal la otorgación de boletas de garantía por $us 45 millones, Puerto Suárez fue el escenario del lanzamiento y la celebración del acuerdo, el 19 de julio de 2007. Allí, Evo Morales sujetó un trozo de hierro y enunció dos palabras: “misión cumplida”. Asimismo, se informó que el Gobierno invertiría $us 150 millones para la edificación de un nuevo atracadero en Puerto Busch y para garantizar su conexión vial y ferroviaria con el Mutún. Las caras sonrientes dominaron a las partes del negocio, pero la luna de miel acabó en un suspiro.

El primer traspié surgió a los pocos meses, por el retraso del saneamiento en los terrenos otorgados a la empresa, equivalentes a 5.500 hectáreas de superficie. Por otra parte, el avance del proyecto y de las inversiones en el Mutún no convencieron al Gobierno con el pasar de los años. Fue así que todo estalló en 2010, cuando la ESM ejecutó dos boletas de garantía por $us 18 millones de la Jindal, por su falta de renovación. Y en mayo de este año, vino la segunda penalización: el cobro de otra boleta de $us 18 millones, esta vez por un supuesto incumplimiento del plan de inversiones, que derivó en un proceso judicial iniciado de oficio por el Ministerio Público.

Según el Gobierno, las inversiones en la veta de hierro no se asoman a los $us 600 millones estipulados en el cronograma, mientras que Jindal alegó que hasta marzo, la adquisición de maquinaria y los contratos de servicios alcanzaron a $us 583,47 millones. Así, el conflicto llegó a los extremos. La firma paralizó actividades, demandó el cambio de condiciones del contrato y acusó cualquier inconveniente a la irresuelta dotación de tierras y del gas que requerirá dentro de dos años su planta de generación termoeléctrica: al menos 10 millones de metros cúbicos por día, y no así los 2,5 millones programados por Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos.

Puso sobre la mesa cuatro condiciones: garantías para la no nacionalización de sus inversiones, el levantamiento del juicio en contra de sus ejecutivos, revertir la ejecución de sus boletas de garantía y dejar sin efecto una auditoría sobre su presencia en el país. El Ejecutivo rechazó estas peticiones y remató con una exigencia adicional: que la Jindal deposite $us 2.100 millones en la cuenta de un banco nacional como prueba de que posee recursos económicos para consolidar el complejo siderúrgico. Y sin resquicio para el diálogo, el 16 de julio, la transnacional decidió rescindir el pacto.

Más aún, amenazó con un juicio por daños y perjuicios, por el “incumplimiento y falta de voluntad de parte del Gobierno de Bolivia para cumplir con sus obligaciones contractuales”. La respuesta gubernamental trajo consigo otro aviso similar: un juicio por daño económico, para conseguir una compensación de la Jindal. En medio de la pulseta, el 20 de julio, la Fiscalía recurrió al allanamiento de las sedes de la compañía en La Paz, Santa Cruz y Puerto Suárez, con intervención militar en el Complejo Siderúrgico del Mutún y secuestro de documentación de por medio.

Se abrió la caja de Pandora. Salió a la luz una auditoría encomendada por la ESM a la firma Delta Consult SMS, que plantea que la multinacional sólo invirtió $us 12 millones. El fiscal anticorrupción Aldo Ortiz reveló que la JSB se conformó con apenas Bs 18 mil de capital. Aparecieron deudas de la Jindal por el arrendamiento de oficinas. A la par, ésta pidió precautelar la seguridad de sus bienes y de sus empleados, mientras el Ejecutivo anunció que una nueva licitación duraría seis meses y que, al menos, 15 compañías están interesadas en asumir el negocio.

De esta forma, las ilusiones de los habitantes de la provincia Germán Busch, y sobre todo de su capital, Puerto Suárez, han vuelto a quedar en suspenso. Decenas de obreros han quedado sin trabajo. Más todavía, la fiebre del hierro se ha convertido en pesadilla para cientos de inmigrantes que buscan ser parte de una bonanza que aún no despega. Informe La Razón llegó a esa región para contar los avances del emprendimiento, y las esperanzas y frustraciones tras el final del contrato minero más grande de la historia boliviana.

‘Jindal deberá pagar el saldo de lo que no invirtió’

El Ministro de Minería adelanta que el juicio por daños y perjuicios que entable el Estado contra la empresa Jindal, exigirá una compensación económica por el saldo de los $us 600 millones que la firma no invirtió hasta mayo de este año, tal como dictaba el contrato, tras la publicación de ayer de Informe La Razón sobre las desilusiones sociales e incumplimientos que trajo el proyecto de explotación de hierro en el cerro Mutún del municipio de Puerto Suárez, en la provincia Germán Busch.

— ¿No se pudo haber verificado antes los incumplimientos que cometía la Jindal en el Mutún?

— El resultado que tenemos hoy es la culminación de un conjunto de deficiencias que ha ido demostrando la Jindal Steel Bolivia desde que se inició el contrato (2007). La verdad es que no sé por qué no se detectaron antes. Desde el momento en que asumí el cargo de ministro (enero de este año), lo primero que analicé fue el tema del Mutún, por qué no funciona y por qué no está en pleno proceso de implementación. Pedí a la Jindal que me haga entrega del estudio a diseño final (del Proyecto Siderúrgico del Mutún) y cuando vi que no había una respuesta, empecé a tener dudas.

Recuerdo que concurrí a una reunión en Santa Cruz en la que se presentó un consultor español que había contratado la Jindal y nos explicó qué equipos podía tener la planta (siderúrgica) y cuánto era la cantidad de gas que se iba a utilizar en la parte metalúrgica y en la producción de energía. Yo le pregunté que, como no veía los planos ni los estudios, si me estaba dando esas cantidades como una referencia bibliográfica o como resultados de un estudio y de un diseño que había hecho. Él me dijo que era el resultado de un estudio, pero ¿dónde estaban los estudios o los planos? Para una planta metalúrgica debería haber al menos 1.000 planos. Nunca se nos mostró estos aspectos objetivos que a uno le pueden asegurar que la planta estaba diseñada y lista para su construcción.

Y ése era el problema, porque no había el estudio y la Jindal nos preguntaba cuánto de gas le íbamos a dar. Era un círculo vicioso del que no podíamos salir. Al final, cuando conocí informes de la meta económica que tenía la Jindal en Bolivia, mi duda fue mucho mayor y cuando terminamos de dudar fue cuando ella no pudo dar boletas de garantía. Allí nos dimos cuenta de que no era lo que se decía a nivel internacional. Podía llevar el apellido y el nombre de la Jindal (Steel & Power Limited, de India), pero no ha demostrado nunca una fortaleza económica, una organización ni una estructura gerencial que permita garantizar que el proyecto estaba marchando como debería ser.

— ¿Cuáles son los incumplimientos de la Jindal?

— Inicialmente, la falta de presentación del estudio a diseño final (del proyecto siderúrgico), de acuerdo a contrato; presentó cuadros de referencia de la cantidad de gas que iba a necesitar, pero eso lo podíamos llenar con referencias bibliográficas y nosotros queríamos ver la justificación. La segunda falla se dio cuando no concluyó sus negociaciones de gas con Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB); la Jindal tenía que haber ido punto por punto y definir también el cronograma de entrega de gas por ciertos periodos de tiempo. Y otro asunto que nos ha complicado es cuando la Jindal nos planteó que no va a aceptar auditorías.

Si una persona tiene interés, por lo menos construye la planta de gas y con toda seguridad que hubiéramos tomado todas las acciones para garantizar su trabajo. Pienso que la Jindal se dedicó más a especular en Bolivia, con nosotros mismos y con Yacimientos. En la bolsa de valores ha hecho subir sus acciones con el contrato. Dudo mucho que ellos hayan traído recursos frescos para el proyecto, con toda sinceridad. El dueño de la empresa (Naveen Jindal) debería presentar una certificación de cuánto (de dinero) ha remitido a Bolivia y en qué fecha. A ver cuánto de plata ha dado la Jindal internacional a la Jindal Bolivia; pero eso les aseguro que no hay.

— ¿A cuánto ascenderían los daños y perjuicios que reclamaría judicialmente el Estado?

— Es vital que gestionemos una reparación del daño y del tiempo que se nos perjudicó. Ya hemos empezado con las auditorías. El equipo del Ministerio de Minería ya está viajando a Puerto Suárez para ver todo lo que la Jindal ha hecho, porque el fiscal Aldo Ortiz (que está a cargo de la investigación por incumplimiento de contrato) está recabando información y vamos a hacer auditorías con lo incautado, con la documentación, y eso ha de permitirnos saber cuánto ha invertido Jindal. El contrato establecía que debía invertir aproximadamente $us 600 millones y la auditoría dirá si invirtió 100 o 50 millones. Le vamos a hacer un juicio por daños y perjuicios al Estado por la diferencia, mientras que la inversión que hizo se la vamos a descontar. No se puede cuantificar cuánto hemos perdido, pero es necesario hacer auditorías.

— Autoridades y cívicos de Puerto Suárez plantean hacerse cargo de una parte de la explotación del yacimiento, incluso con la conformación de cooperativas mineras.

— Respeto la opinión y los planteamientos que puedan venir de las autoridades de Puerto Suárez. Pero no vamos a implementar cooperativas en el Mutún, no es posible ni pensar en ese tema. Vamos a continuar con lo que estamos haciendo con la estatal Empresa Siderúrgica del Mutún, que también ha adquirido maquinarias, y a eso hay que (añadir) presupuesto para comprar o complementar las maquinarias.

Hay muchas empresas interesadas (en explotar el hierro de la concesión del Mutún otorgada a la Jindal) que han venido a visitarme para explicarme sus intenciones y conste que son firmas que han venido sabiendo que estamos rompiendo el contrato con la Jindal.

Ellas deben tomar en cuenta que estamos actuando con seriedad, no en función contraria a los intereses nacionales, sino que estamos exigiendo respeto a nuestro país. La Jindal equivocó el camino al pensar que nosotros nos íbamos a amedrentar ante sus imposiciones. En el fondo, pienso que con todas las cosas negativas que sucedieron, esto permitirá a Bolivia dar un salto cualitativo en términos de la contratación de empresas.

— ¿Qué va a pasar con las toneladas de hierro que dejó la Jindal en el yacimiento?

— Comenté que va a haber una auditoría que nos va a decir qué es lo que ha dejado la Jindal. Una vez que se encuentre extinguido el contrato de riesgo compartido, eso va a ser comercializado.

Perfil

Nombre: Mario Virreira Iporre

Nació: 18-07-1949

Profesión: Ingeniero civil

Cargo: Ministro de Minería

Un paceño que hizo su vida pública en la Villa Imperial

Nació en la provincia Inquisivi del departamento de La Paz. Sus padres son oriundos de Potosí. Está casado con la profesora Adela Olivares; tiene cuatro hijos: Shirley, Pablo Mario, Ana Griselda y Vanessa. Es ingeniero civil y fue funcionario de la Corporación Minera de Bolivia (Comibol), además de catedrático de la Universidad Tomás Frías de la ciudad de Potosí y rector de la Universidad Pública de El Alto. Trabajó toda su vida en la Villa Imperial y en 2005 fue electo prefecto de Potosí, tras candidatear por el Movimiento Al Socialismo (MAS), cargo en el que fue reelecto en 2008. En enero de este año fue nombrado Ministro de Minería y Metalurgia en el cambio de gabinete que realizó el presidente Evo Morales; su antecesor fue José Pimentel.

Cedla: El contrato con Jindal fue sólo por cálculo político

La contratación de Jindal Steel and Power para explotar la mitad del cerro Mutún fue más por “cálculo político” que por razones técnicas, asegura Carlos Arze, economista del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla).

En ese marco, “el fracaso de la industrialización del hierro” de esa zona “revela no sólo la ineficiente gestión gubernamental, sino la demagogia del discurso oficial que proclama la industrialización en base a la asociación con las transnacionales”, subraya el analista.

Para Arze el contrato con la india “fue resultado de un cálculo puramente político: la necesidad de debilitar la oposición de los grupos de poder de Santa Cruz en 2006, ofreciendo la promesa de un futuro industrial, necesidad política que con el tiempo se fue haciendo mayor ante la ausencia de resultados en la industrialización que pudiesen mostrarse al pueblo”.

Con esta base de un contrato que debía traer 2.100 millones de dólares para invertir en el yacimiento de hierro, el “Gobierno se tornó cada vez más obsecuente con la Jindal, ofreciéndole el oro y el moro para que se quede en el país, consciente de que era incapaz de cumplir con la principal condición para alcanzar la siderurgia: la provisión suficiente de gas natural”.

Mientras la siderúrgica india pedía 10 millones de metros cúbicos por día (MCD) de gas natural, el Gobierno ofrecía empezar con 2,5 millones MCD, pues, la capacidad de producción no daba para más. Claro con la promesa de aumentar el volumen paulatinamente. Así lo hicieron saber después de meses de idas y venidas, de asegurar permanentemente que el energético estaba garantizado.

“Es la confirmación de la imposibilidad del desarrollo y la coexistencia armónica de los intereses de las transnacionales con los del pueblo boliviano, como sueñan los teóricos del “socialismo comunitario” y el “vivir bien”, subraya el analista.

“Los resultados de la industrialización, empero, hasta hoy son como un paño frío para tanto entusiasmo y corroboran la crítica de que la industrialización no ha sido ni es una preocupación gubernamental, debido a su sometimiento a los intereses de las empresas transnacionales, consideradas sus “socias” y protagonistas centrales de la “economía plural”, agrega.

La estatal Empresa Siderúrgica Mutún (ESM) firmó el contrato de riesgo compartido con Jindal Steel Bolivia (JSB) en el 2007, con plazos perentorios en el marco de ese documento, que, además, establece que ningún acuerdo fuera del documento sería válido, lo que continuamente fue violado por ambos socios.

Al respecto Arze recuerda que “aunque el contrato establecía que en siete años —es decir alrededor de 2014— se estaría produciendo acero, el inicio de la producción de materia prima —mineral de hierro— recién se verificó en 2010 debido a una seguidilla inacabable de problemas como la falta de provisión de tierras saneadas”.

Todo esto ocurrió “en medio de las infaltables denuncias de corrupción de funcionarios gubernamentales— o el incumplimiento de Jindal en la entrega de planes en detalle que debió presentarlos a los 90 días de la protocolización del contrato”, agrega el analista del Cedla.

“Pero el hecho que llevó de las desavenencias a la ruptura fue el anuncio de YPFB de que no podría proveer el volumen de gas natural demandado por Jindal (que inexplicablemente bajaba de los 6 millones de metros cúbicos diarios a sólo 4 millones sin afectar las metas de producción) sino sólo 2,5 millones —sumando inclusive volúmenes de GLP (gas licuado de petróleo), ni construir un gasoducto por falta de recursos”.

ESM tomará a los técnicos de la Jindal

La Empresa Siderúrgica del Mutún (ESM) absorberá a los profesionales que prestaban sus servicios en la Jindal Steel Bolivia (JSB), en el proyecto de explotación del hierro del Mutún, afirmó el viceministro de Desarrollo Productivo Minero, Freddy Beltrán. La autoridad informó que la decisión busca aprovechar la experiencia de los profesionales y técnicos, en el manejo de la maquinaria con la que cuenta la ESM para las labores siderúrgicas, según radio Fides.

Militares impiden el ingreso al Mutún a líderes cívicos

Una delegación del Comité pro Santa Cruz y dirigentes cívicos de la provincia Germán Busch intentaron realizar una visita al cerro Mutún, con la finalidad de observar cómo ha quedado el lugar luego del rompimiento del contrato entre el gobierno y la Jindal Steel Bolivia.

Nerviosismo militar. Los efectivos militares negaron el ingreso al presidente del Comité pro Santa Cruz, dirigentes cívicos provinciales y de la frontera, bajo el argumento que solo se podía ingresar con orden fiscal. La presencia del Comité pro Santa Cruz en el cerro Mutún, provocó el nerviosismo de los militares. Un oficial llegó en una camioneta de la Jindal y en tono agresivo pidió en primera instancia desalojar los vehículos de la puerta de ingreso al cerro Mutún donde los militares han colocado una tranca. Además amenazaron con decomisar una cámara filmadora de un camarógrafo que trabaja en prensa del Comité pro Santa Cruz. Minutos más tarde llegó un mayor número de efectivos militares armados con metralletas, lanza gases y armas de reglamento con la finalidad de intimidar a los ciudadanos cruceños que solicitaban permiso para ingresar al Mutún.

Cívicos y fiscales coinciden. La llegada de los dirigentes cívicos al lugar, coincidió con la intervención oficial del gobierno a través de un fiscal, de las oficinas y áreas que utilizaba le empresa india en las oficinas que se encuentran ubicadas en las faldas del cerro. El presidente del Comité Cívico de Puerto Suárez, José Luis Santander, dijo tener testimonios que los presentará en las próximas horas, sobre la utilización ilegal que hacen los militares de los vehículos que pertenecían a la Jindal y el uso del combustible (Diesel) acumulado por la Jindal en Mutún. De acuerdo con el dirigente cívico porteño, todos los bienes de la empresa Jindal debieron ser precintados y evitar su utilización ilegalmente, hasta que la justicia determine qué hacer con esos bienes.

sábado, 28 de julio de 2012

Buscan a los ejecutivos de la empresa india Jindal

Los tres principales accionistas de la empresa india Jindal Steel Bolivia (JSB) lograron salir del país, pese a que fueron citados por el Ministerio Público para prestar sus declaraciones en el caso seguido por la Empresa Siderúrgica del Mutún (ESM) por incumplimiento de contrato.
El fiscal que sigue el caso, Aldo Ortiz, informó que se emitieron las citaciones debido a que se detectaron presuntas irregularidades cometidas por algunos representantes de esa firma asiática.
Ortiz informó que la empresa se constituyó con un capital inicial de 18 millones de dólares, pero durante la firma del contrato, figuraron 2.100 millones de dólares.
Sin embargo, se conoce que los tres ejecutivos, sobre quienes pesan sospechas, salieron fuera del país incluso hace un año ya.
Se requiere un año.El Gobierno asegura que el proyecto siderúrgico del Mutún requiere al menos de un año para reiniciar sus operaciones debido al conflicto legal presentado.
El ministro de Minería, Mario Virreira, informó que se va a requerir de seis meses para lanzar una nueva licitación internacional y evitar, de esta forma, que vuelva a producirse un conflicto similar con la futura contratista.
Aclaró que los periodos de adjudicación y preparación demoran unos tres meses. La autoridad explicó que se debe “esperar a que se extinga totalmente el contrato con la Jindal, eso demanda un proceso que va a llevar un tiempo adicional porque, ahora, no está libre el área de contrato que se le ha otorgado a la empresa india, pedir la devolución de esa área concedida, lo que nos lleva a esperar un año y, probablemente, un tiempo mayor.

Mining & Logistics SRL invertirá $us. 2 millones para exportar hierro

La empresa Mining & Logistics SRL tiene prevista una inversión de 2 millones de dólares para implementar el sistema logístico, producción y explotación de hierro en Oruro, con la finalidad de concretar la exportación de este metal hacia mercados de China.

Ejecutivos de la empresa explicaron que se trata de un proyecto que requiere de la coordinación y el apoyo tanto del sector privado como del Gobierno y en ese sentido se ha estado trabajando, aunque todavía deben solucionar y mejorar tecnologías de concentración para exportar con mejor valor agregado en beneficio de la región.

Mining & Logistics SRL es una empresa constituida el 11 noviembre del año pasado con un capital de 50.000 bolivianos, invertidos por Franklin Durán Ruiz y Franklin Walter Durán Gutiérrez.

Franklin Durán Ruiz, de profesión capitán de ultramar es marino mercante civil y especialista en temas logísticos y de transporte marítimo, que tuvo participación en el proyecto del Puerto Seco en calidad de consultor, según aseguró.

De concretarse la exportación de hierro que es impulsada por la empresa a cargo de Durán, Oruro se constituirá en el primer exportador de hierro. "Mining & Logistics SRL está promocionando y viabilizando la venta internacional, en base a la implementación de un sistema logístico que es vital para no tropezar con las dificultades que tuvo el proyecto de la Jindal", detalló Durán.

Para alcanzar el objetivo la empresa orureña, trabaja desde hace un año y medio en este emprendimiento que será una realidad el mes siguiente y permitirá posesionar a Oruro como el pionero en exportaciones de hierro

Fiscalía citará al directorio de la estatal ESM en el caso Jindal

“Se citará a los miembros del directorio de la ESM porque ellos habrían emitido una resolución para ampliar los plazos de la ejecución de las boletas de garantía de Jindal”, informó ayer el fiscal anticorrupción, Aldo Ortiz.

La determinación fue asumida como parte del proceso judicial iniciado de oficio por el Ministerio Público en contra de cuatro ejecutivos de JSB por ser presuntos responsables del delito de incumplimiento de contrato para la industrialización de hierro en el cerro del Mutún.

Ortiz recordó que el informe de auditoría de la empresa Delta Consult SMS Bolivia establecía que la compañía india invirtió $us 12 millones y “no así los montos comprometidos”.

El fiscal señaló que se prevé que los personeros de la empresa estatal presten su declaración la segunda semana de agosto. Precisó que la declaración que realizarán los personeros será en calidad de testigos, “pero en función de ello se analizará qué actuaciones se harán”. Añadió además que se convocó a declarar al expresidente de la ESM Sergio Alandia, quien solicitó que ésta se efectúe en la ciudad de Santa Cruz.

El 21 de mayo, el Gobierno oficializó la ejecución de la segunda boleta de garantía de Jindal de $us 18 millones por falta de renovación. La siderúrgica india dijo entonces que la medida significaba la ruptura “definitiva” con el Estado boliviano. El 15 de abril de 2010 se ejecutó las dos primeras boletas a JSB que sumaban $us 18 millones también por la falta de renovación de la garantía.

Operativo. Por otra parte, Ortiz dijo que con una orden judicial, emitida desde La Paz, el fiscal Sergio Tarquino allanó ayer algunas oficinas que estaban en el interior del complejo siderúrgico del Mutún, ubicado en la región cruceña de Puerto Suárez. “En el operativo se han secuestrado algunos vehículos y documentación que se recolectó en el lugar”, señaló el fiscal.

El 20 de julio, la Fiscalía también allanó las oficinas de JSB en La Paz, Santa Cruz y Puerto Suárez. La acción se hizo luego que el 16 de julio Jindal decidiera rescindir el contrato suscrito con la ESM por el “incumplimiento y la falta de voluntad de parte del Gobierno boliviano” para garantizar un acuerdo que garantice la provisión de gas y a que no se les dio el total de las tierras.

Notificarán a jefes de JSB

A través de edictos, la Fiscalía notificará a los ejecutivos de Jindal, que están fuera del país, para que declaren en el proceso por incumplimiento de contrato en el proyecto del Mutún. “Solicitaremos al juzgado que se notifique a los ejecutivos de Jindal por edictos para que presten su declaración porque se desconoce su paradero”, informó ayer el fiscal anticorrupción, Aldo Ortiz.

Caso contrario, dijo, “se pedirá la declaratoria de rebeldía” para los personeros de Jindal Steel Bolivia (JSB). Los investigados son Vikrant Gujral, presidente de JSB; Arvind Sharma, director general; Jorge Gallardo, gerente de Asuntos Legales; y Amit Kumar, asistente ejecutivo del presidente de Jindal Steel & Power Limited, Naveen Jindal.

El fiscal confirmó que, según el informe de Migración, Gujral salió del país en mayo vía aérea y está en la India. Apuntó, además, que Sharma y Gallardo dejaron territorio boliviano vía terrestre por la región de Puerto Suárez (Santa Cruz) hacia Brasil. Sobre Kumar, dijo que se fue hace un año del país.

En agosto comienza producción en Salar de Uyuni

Ratifican para agosto el inicio de la producción de cloruro de potasio en la planta piloto del Salar de Uyuni. El carbonato de litio todavía se hará esperar un poco más. El próximo mes, "vamos a estar en condiciones de la primera producción piloto" de cloruro de potasio del Salar de Uyuni, anunció el viceministro de Desarrollo Productivo de Minería, Freddy Beltrán./ ANF

viernes, 27 de julio de 2012

Gobierno chileno promueve licitación para que exploten litio Asia y Australia

El subsecretario de Minería, Pablo Wagner, señaló durante la primera presentación a inversionistas locales sobre el Contrato Especial de Operación del Litio (CEOL), que permitirá a privados poder explorar y explotar este mineral, viajó a Asia y Oceanía para promover esta licitación.

Su primera parada fue en Australia y luego se trasladó hasta Tokio (Japón) donde sostuvo encuentros con ejecutivos de las firmas niponas como Mitsubishi, Sumitomo, Toyota, Tsusho, Kowa y Sojits. Luego, llegará hasta Corea donde se reunirá con ejecutivos de Samsung, Posco y Kores, detalló el personero.

BASES


Wagner, indicó que ya se han vendido más de 50 bases para participar de este proceso, lo que "ha sido más de lo que esperábamos. Que se adquirieran 50 bases es una cifra importante que refleja un nivel de interés alto", explicó y agregó que, sin embargo, cuántos de ellos podrán presentar ofertas es lo que no saben.

Ante la posibilidad de realizar una segunda licitación, a la luz del interés por la primera, señaló que el gobierno está llano a esa opción pero que tendrán que ir analizándolo en la medida que se sepa cuántos son los interesados, "qué es lo que quieren y cuál es la respuesta del mercado".

El Contrato Especial de Operación del Litio (CEOL) entrega la autorización para la exploración y explotación de 100 mil toneladas métricas de litio metálico por un periodo de 20 años. El plazo para acceder a las bases vence el próximo 31 de julio.

Bolivia busca socio para El Mutún

El fracaso del proyecto siderúrgico es el tercer tropiezo que sufren inversionistas extranjeros en minería en poco menos de un mes en Bolivia, en un duro golpe para los intentos del Presidente Evo Morales de atraer capitales al sector.

En Bolivia dicen que se pretende contratar en un plazo de seis meses a una empresa extranjera que sustituirá a la india Jindal Steel and Power para desarrollar el largamente demorado proyecto del Mutún, el primer intento de desarrollo siderúrgico del país.

Jindal había confirmado su decisión ya anunciada hace un mes, de dar por terminado el contrato de riesgo compartido que suscribió hace seis años con el Estado boliviano y para invertir 2.100 millones de dólares en el proyecto para explotar la mitad del yacimiento de hierro y producir acero.

El fracaso del proyecto siderúrgico es el tercer tropiezo que sufren inversionistas extranjeros en minería en poco menos de un mes en Bolivia, en un duro golpe para los intentos del presidente izquierdista Evo Morales de atraer capitales al sector.

Morales, quien desde que asumió el Gobierno en el 2006 nacionalizó los hidrocarburos, las telecomunicaciones y la generación eléctrica, enfrentó en el último mes conflictos sociales que lo forzaron a nacionalizar proyectos mineros del grupo suizo Glencore y de la canadiense South American Silver.

El presidente de la minera estatal Comibol, Héctor Córdova, dijo a Reuters que el Gobierno realizará una nueva licitación en el transcurso del segundo semestre y que confía en que cumplirá su plan de producir acero a partir del año 2014.

"La minería y la siderurgia en El Mutún siguen siendo de la máxima prioridad. El retiro de Jindal nos da la oportunidad de asociarnos con una empresa seria, que tenga capacidad técnica y económica para garantizar el éxito del proyecto", dijo.

Con la salida de Jindal, Bolivia recupera el control de todo el yacimiento del Mutún, ubicado en el extremo sudoriental del país en la frontera con Brasil, cuya reserva total está calculada en unos 40.000 millones de toneladas de hierro, una de las más grandes del mundo.

DESCONFIANZA MUTUA

Jindal, que tenía el derecho a explotar la mitad de la reserva durante 40 años, justificó la ruptura del contrato argumentando que el Gobierno de Bolivia no cumplió con sus obligaciones, especialmente con la provisión de gas natural para el proyecto.

El gigante indio había denunciado también, en un comunicado a principios de mes, que el Gobierno había ejercido presiones "ilegales", como la ejecución de garantías bancarias de inversión y la instauración de un juicio por incumplimiento de contrato a los jefes de Jindal.

Al confirmar la ruptura, el ministro de Minería, Mario Virreira, rechazó los argumentos de la firma asiática y afirmó que las dificultades del proyecto se originaron en una supuesta incapacidad económica de Jindal, que no hizo las inversiones programadas.

"Asumieron por voluntad propia la decisión de rescindir el contrato (...) de ninguna manera por alguna presión del Gobierno boliviano", dijo el ministro en conferencia de prensa. Virreira advirtió que La Paz seguirá adelante con un proceso judicial contra Jindal, en tribunales locales, por el fracaso del plan.

La compañía india, por su parte, anunció que buscaría abrir un proceso de arbitraje internacional contra Bolivia.

Terra – Agencia

jueves, 26 de julio de 2012

Exfuncionario de Prointec se convierte en exportador de hierro

Franklin Durán Ruiz, ex funcionario de la empresa Prointec que enfrenta ahora un proceso judicial por irregularidades en la elaboración del fallido proyecto del Puerto Seco, es socio de la empresa Mining & Logistics S.R.L., que a principios de mes anunció la exportación de hierro a China.

Mining & Logistics S.R.L. es una empresa constituida noviembre del año pasado con un capital de 50.000 bolivianos, invertidos por: Franklin Durán Ruiz, con cédula de identidad 2291850 y Franklin Walter Durán Gutiérrez, cuyo documento de identidad tiene el número 4741093, ambos de La Paz.

En el conflicto judicial del Puerto Seco, en abril de 2011, el fiscal Aldo Morales, hizo conocer que la imputación por el bullado caso del Puerto Seco, fue ampliada contra funcionarios de Prointec, entre los que figuraba Franklin Durán Ruiz.

Según los responsables de Prointec, Durán, que era capitán de fragata, fue presentado como máster en ingeniería del transporte intermodal, pero en su documentación personal no se encontraron documentos que lo identifiquen como tal.

EXPORTACIÓN

El 8 de julio el director de Cooperativas Mineras del Gobierno Autónomo Departamental de Oruro (Gador), Eduardo Berdeja, informó que la mencionada empresa junto a la Cooperativa Minera Cebadillas de Challapata exportarían hierro de 63 por ciento de ley. En principio se dijo que se exportará 10.000 toneladas por mes, con la proyección de extenderse a 30.000 toneladas por mes.

En esa oportunidad, Berdeja señaló que la cooperativa ya contaba con toda la documentación, por lo que debía convenir con la empresa la firma de un contrato de largo plazo.

Sin embargo de que la empresa que tiene la intención de exportar el hierro es orureña, según el testimonio público de constitución, sus propietarios tienen sus domicilios declarados en la ciudad de La Paz.

Entre los objetivos de la empresa de la cual forma parte Durán Ruiz, están el realizar por cuenta propia, ajena o de terceros o asociada a terceros, tanto en el Estado Plurinacional de Bolivia como en el extranjero, la compra y venta, comercialización de minerales, importación, exportación y en general, actos de comercio, relacionados directa o indirectamente con la industria minera.

Asimismo, puede efectuar arrendamientos mineros, riesgos compartidos, entre otros, como concertación de operaciones, compra, venta y negociación de títulos, valores, y toda clase de bienes e inmuebles, constituir sociedades subsidiarias, efectuar cualquier comunidad de intereses con otras sociedades personas físicas o empresas en general, en cuanto se ajusten a las disposiciones vigentes.

El Ejecutivo deja en suspenso el proyecto siderúrgico de Mutún

Desde la minería hasta la acería en la mitad del cerro Mutún quedan en suspenso mientras esté pendiente el acuerdo de conclusión del contrato de riesgo compartido entre la estatal Empresa Siderúrgica Mutún (ESM) y Jindal Steel Bolivia (JSB).
"Si resolvemos el contrato en plazos cortos", entonces la fase de producción de acero comenzaría entre 2015 y 2016, señala el viceministro de Desarrollo Productivo, Freddy Beltrán.
Además con un contundente "no" se puede disponer del área del contrato de riesgo compartido, esta autoridad indicó que hay como ocho empresas interesadas en ingresar a la explotación de esa mitad del cerro Mutún.
Entre las firmas atraídas están tres chinas, una austriaca y otra brasileña, indicó.
Como "no" se puede dar en concesión, firmar otros contratos o que ESM ingrese a operar por sí misma o recurrir a cualquier otra modalidad para su explotación, entonces las interesadas deberán esperar hasta la conclusión del contrato.
Entonces la acería en Mutún, que ya estaba con un retraso de cuatro años, ahora depende de los procesos de cierre, inicialmente, los 90 días para la conciliación, luego un arbitraje en instancias nacionales que lleva tiempo.
El compromiso del socio indio en el contrato de riesgo compartido era que Bolivia ingresaría a la acería en el 2014. Esta estipulación fue ratificada principios de este año. Sin embargo, el proyecto se vino abajo en abril, cuando se debían realizar auditorías a las inversiones de los dos primeros años, Jindal debía invertir $us 600 millones./ANF

Suspenden actividad minera en la mitad del cerro Mutún

Desde la minería hasta la acería en la mitad del cerro Mutún quedan en suspenso mientras esté pendiente el acuerdo de conclusión del contrato de riesgo compartido entre la estatal Empresa Siderúrgica Mutún (ESM) y Jindal Steel Bolivia (JSB).

“Si resolvemos el contrato en plazos cortos”, entonces la fase de producción de acero comenzaría entre el 2015 y 2016, señala el viceministro de Desarrollo Productivo, Freddy Beltrán.

Además con un contundente “no” se puede disponer del área del contrato de riesgo compartido, esta autoridad indicó que hay como ocho empresas interesadas en ingresar a la explotación de esa mitad del cerro Mutún. Entre las atraídas están tres chinas, una austriaca, otra brasileña, indicó.

Como “no” se puede dar en concesión, firmar otros contratos o que ESM ingrese a operar por sí misma o recurrir a cualquier otra modalidad para su explotación, entonces las interesadas deberán esperar hasta la conclusión del contrato.

Entonces la acería en el Mutún, que ya estaba con un retraso de cuatro años, ahora depende de los procesos de cierre, inicialmente, los 90 días para la conciliación, luego un arbitraje en instancias nacionales que lleva su tiempo.

miércoles, 25 de julio de 2012

ESM espera producir dos millones de toneladas de hierro en el Mutún

Las Empresa Siderúrgica del Mutún, inició sus operaciones tendientes a producir al menos dos millones de toneladas de concentrados de hierro en el 50% del proyecto de desarrollo siderúrgico del Mutún, informó el viceministro de Minería Freddy Beltran.

Explicó que por el momento existen 250 mil toneladas de mineral acumulado en los años 1993 a 1994, cuando la entonces Empresa Minera Estatal del Oriente habría trabajado el mineral en el Mutún.

“Ese material esta acumulado y lo tenemos que comercializar porque es parte del patrimonio del Estado. La ESM ha comprado maquinaria, han llegado los técnicos alemanes para la capacitación y por tanto va a proseguir con el proyecto”, dijo.

Tras la salida de la empresa Jindal Steel Bolivia (JSB), del proyecto de la industrialización del yacimiento de hierro del Mutún, la Empresa Siderúrgica del Mutún (ESM), trabaja en la explotación de 50% del yacimiento.

Beltrán dijo que en el proyecto ya se ejecutaron 12 de los 20 millones de dólares presupuestados para este año.

Según las proyecciones hechas, se espera que hasta 2015, la ESM proveerá al país de 400 mil toneladas de aceros laminados para cubrir la demanda interna.

Beltrán dijo que el 2013 la empresa estatal producirá al menos 2 millones de t de concentrados de mineral de hierro (que tiene un 60% de ley) para exportarlos a empresas de los países del Mercosur y de Asia.

El complejo debía producir en una primera fase 5 millones de toneladas (MMt) de pelets y 2 MMt de hierro de reducción directa (DRI).?En una segunda etapa 1,37 MMt de acero y en la última fase 10 MMt de DRI y 1,3 MMt de acero.

Consultado sobre el tema de la Jindal, el Viceministro dijo que prefiere esperar los 90 días que establece en el contrato con la empresa para llegar a un acuerdo amigable o la empresa decide ir a un arbitraje.

ESM pedirá al Gobierno $us 600 millones para invertir

La Empresa Siderúrgica del Mutún (ESM) anunció que solicitará al Gobierno la asignación de 600 millones de dólares para poner en marcha seis proyectos en el Mutún en los próximos cuatro años. Mientras, el Órgano Ejecutivo dijo que corre el plazo de 90 días para rescindir el contrato con Jindal.

El presidente de la ESM, Ricardo Cardona, informó que los 600 millones de dólares de inversión permitirán la extracción de la materia prima, pero también posibilitarán su industrialización con la instalación de plantas de peletización (proceso intermedio para producir acero) y de hierro esponja, de modo que en 2014 se puedan vender palanquillas de acero, reportó la red ATB.

La propuesta será remitida al Ministerio de Minería para que a su vez pueda recibir el visto bueno del presidente Evo Morales.

“La Empresa Siderúrgica del Mutún, como empresa estatal estratégica, tiene que realizar en corto tiempo todo lo que no ha hecho la Jindal en los últimos cinco años”, aseguró.

Entretanto, el viceministro de Minería, Freddy Beltrán, explicó que la rescisión del contrato con la empresa de capitales indios ya fue iniciada y que se prevé demorará por lo menos 90 días.

Una vez que se pueda dar por finalizado ese acuerdo, se podrá convocar nuevamente a una licitación para recibir propuestas de inversión en el 50% del yacimiento de hierro. Jindal se adjudicó la explotación de hierro en el Mutún y su posterior industrialización en 2007. Sin embargo, el proyecto enfrentó dificultades e incumplimientos tanto del Estado como de la empresa, a la que ahora se la investiga.

martes, 24 de julio de 2012

Cívicos plantean crear cooperativas para explotar el Mutún

Se propone que el 40 por ciento restante sea explotado por una empresa extranjera.

El presidente del Comité Cívico de Puerto Suárez, José Luis Santander, propuso crear cooperativas mineras para operar el 10 por ciento del complejo siderúrgico del Mutún.
En una reunión realizada ayer, sugirió que los extrabajadores, quienes se quedaron desempleados ante la salida de la Jindal Steel Bolivia (JSB), reciban esta especie de compensación.
Indicó que se solicitará al Ministerio de Minería y a la Empresa Siderúrgica del Mutún (ESM) una parte del yacimiento y que el 40 por ciento restante se explotado para una de las 15 empresas interesadas en el proyecto, como informaron autoridades del Gobierno en los últimos días.
El representante de los cívicos dijo que hay una cantidad de producción de acero extraída por los extrabajadores, volumen que puede ser usado como capital de arranque, una vez que esa reserva sea comercializada.
“Ya lo hicimos y nos dimos cuenta de que no es imposible. Además, deben compensar el daño que hicieron a la región con la salida de la JSB y el Estado debe compensar con cierto monto económico”.
Santander sostuvo que los cívicos están a la espera de que el Gobierno contrate a todos los empleados, que se encuentran en vacaciones forzosas.
El Gobierno. La empresa india, días atrás publicó en The Wall Street Journal el requerimiento de realizar una reunión en un sitio neutral o mediante una videoconferencia por las circunstancias actuales.
El viceministro de Minería, Freddy Beltrán, dijo que como la firma del contrato de riesgo compartido fue hecha en Bolivia, este pedido no podrá ser atendido.
Acuerdo amigable. La Empresa Siderúrgica del Mutún (ESM) y Jindal Steel and Power Limited (JSPL) tienen 90 días para resolver el contrato de riesgo compartido que suscribieron en 2007 por la “vía amigable”, antes de llegar a un arbitraje internacional, explicó el viernes el director del departamento Jurídico del Ministerio de Minería, Juan Carlos Carrasco.
El funcionario informó que el grupo indio no asistió a la reunión extraordinaria que convocó la ESM para dialogar sobre las controversias surgidas en torno al proyecto de explotación e industrialización del hierro.

36 millones de dólares fue el monto ejecutado por el Estado. Eran el respaldo de dos boletas de garantía.

2.100 millones de dólares debía invertir la Jindal Steel Bolivia en la industrializacion de acero.

Las acciones de la jindal steel and power en wall street presentaron una caída de 2,90 por ciento hasta ayer. Según el reporte, el 21 de febrero lograron el mayor ascenso en la bolsa, mientras que el 5 de junio experimentaron un declive notable.
El vicepresidente Álvaro García Linera, en una anterior conferencia de prensa, lamentó que Jindal haya apostado por la “especulación bursátil” antes que a la “inversión productiva”. Dijo que Bolivia necesita empresas extranjeras que “no especulen en la bolsa de valores” como lo hizo esta empresa para capitalizarse.

"Esperamos que este conflicto con la Jindal Steel Bolivia se solucione de la manera más tranquila. No queremos llevar a un arbitraje”.

Freddy Beltrán VICEMINISTRO / DE MINERÍA

Las acciones de Jindal no caen de forma abrupta tras ruptura

La cotización de las acciones de Jindal Steel & Power en la Bolsa de Valores de Bombay (India) no cayeron abruptamente tras su salida del país, lo que, según expertos, permite concluir que su participación en Bolivia y en el Mutún todavía no era preponderante.

El Gobierno, a través del ministro de Minería, Mario Virreira, aseguró en más de una ocasión que Jindal se valió del contrato suscrito con el Estado boliviano para especular con sus acciones en el mercado bursátil.

De acuerdo con datos de la bolsa, el 16 de julio, día en que se anunció la rescisión del contrato de riesgo compartido para la explotación de hierro del Mutún, las acciones de esa empresa se cotizaban en 431,90 dólares y un día después descendieron a 415,45 dólares. Ayer, el valor de cada título de la empresa hindú se cotizaban en 414,20 dólares.

“Por la noticia en Bolivia no ha sido una caída significativa (de sus acciones), ha caído algo”, explicó el ex presidente de la Bolsa Boliviana de Valores (BBV) Armando Álvarez, quien hizo un análisis al respecto.

Además, consideró que la relación con Bolivia para la explotación de hierro del Mutún, que comenzó en 2007, incidió “en algo, pero no significativamente” en la mejora de la cotización de las acciones de esa empresa.

Según los datos de la BSE, a partir de 2007 las acciones de Jindal Steel & Power en la bolsa de la India comenzaron a subir.

Méndez afirmó que ello no se debe propiamente a la vigencia del contrato, pues recién estaba iniciando operaciones y no tenía grandes expectativas sobre el mismo, si no a otros factores como las cotizaciones alcistas de los minerales o su expansión a otros países. “Es una empresa grande que tiene bastantes operaciones. Bolivia era relativamente importante en sus operaciones, pero tiene operaciones en otros países; la influencia de Bolivia no era significativa”, aseguró.

Similar fue el criterio expresado por el analista hindú Niraj Shah, de Mumbai Fortune Capital Corredores de la India, quien aseguró que el valor de las acciones en la bolsa no tomaron en cuenta el proyecto boliviano.

“La terminación del proyecto boliviano es positivo para la compañía, ya que ayudará a desviar las inversiones a proyectos más fructíferos”, aseguró.

En su momento la empresa india también negó haber recibido un solo dólar de beneficio.

Jindal firmó un acuerdo en 2007 con el Gobierno para desarrollar 20.000 millones de toneladas de reservas del Mutún.

Datos del proyecto
Acuerdo El contrato de riesgo compartido entre Jindal Steel Bolivia y el Estado fue suscrito en 2007. La empresa se adjudicó la explotación del 50% del yacimiento del Mutún.


Ubicación El cerro Mutún se ubica en un área de 65 kilómetros cuadrados, en la provincia de Germán Busch, en el departamento de Santa Cruz.


Capitales El proyecto contemplaba una inversión de 2.100 millones de dólares para la producción de acero.


Valoración Se estima que el yacimiento de hierro tiene reservas de 40.000 millones de toneladas de hierro.


Versiones El Gobierno asegura que Jindal no cumplió con el contrato, pero la empresa alega que las inversiones no pudieron realizarse porque el Gobierno incumplió primero.



Análisis
Teófilo caballero EconomistaLas empresas extranjeras conocen cuál es el trato que se les da. Hay una serie de aspectos en Bolivia en los que el Poder Ejecutivo no ha trabajado, pues no hay una nueva Ley de Inversiones, un nuevo Código Minero, no existe una nueva Ley de Hidrocarburos. El tema de las tomas y avasallamientos a los predios productivos son aspectos que nunca se acaban. Bolivia necesita la inversión extranjera, más allá del dinero que podrían traer las empresas, traen tecnología, traen también el know how, el saber hacer, los conocimientos en procesos productivos.

Con lo de Jindal se da una pésima señal porque hay dos demandas de arbitraje en París y una demanda penal en Bolivia. Son una más de las muchas señales negativas que ha dado el Gobierno porque no nos olvidemos que hay una serie de demandas, de inversionistas extranjeros que han sido afectados en sus intereses.

Si bien es cierto que el Gobierno tiene el legítimo derecho de iniciarle una acción penal a Jindal, pero también el inversionista extranjero tiene el legítimo derecho de apelar a instancias internacionales.

Los contratos son acuerdos de parte y sobre esa base un contrato se puede resolver o modificar, pero lo que pasa es que aquí hubo incumplimiento inicialmente del Gobierno y fue de ahí que vino el incumplimiento de la Jindal, en realidad ambos son corresponsables de que el proyecto no haya marchado y haya fallado la inversión.

domingo, 22 de julio de 2012

Habrá seguimiento penal para ejecutivos de Jindal

La Unidad Anticorrupción del Ministerio Público, que investiga la denuncia del Gobierno por incumplimiento de contrato de riesgo compartido del yacimiento siderúrgico del Mutún y que encabeza el fiscal Aldo Ortiz, iniciará mañana la segunda parte de las pesquisas en las que incluirá un seguimiento de tipo penal que puede derivar en el pedido de medidas internacionales contra los ejecutivos de la Jindal Steel Bolivia (JSB).

Un día después de haber allanado las oficinas de la STB en La Paz, Santa Cruz y Puerto Suárez, y de disponer la captura de documentos y equipos de computación, además de ordenar el resguardo militar del yacimiento del Mutún, el fiscal Ortiz indicó que pedirá información a la oficina de Migración para confirmar cuándo y en qué salieron del país los ejecutivos de la empresa india.

El viernes en Santa Cruz, después de allanar las oficinas de la empresa GTL Internacional, ubicadas en el edificio Tacuaral, y luego las de Jindal, en el barrio Sirari, ocho personas brindaron su declaración informativa a requerimiento de la Fiscalía, y se las conminó a estar atentas si acaso se las requiere para ampliar sus declaraciones.

Las primeras pesquisas confirmadas ayer por la Unidad Anticorrupción de la Fiscalía dan cuenta de que el representante legal de la STB, Vikrant Kumar Gujral, habría salido el país por vía aérea, pero que los otros dos indios miembros del directorio se fueron de Bolivia por vía terrestre.

La Fiscalía realizará el requerimiento correspondiente para conocer qué línea aérea y qué tipo de pasaje se emitió para el viaje de Gujral, con lo que comenzarán a definir las medidas de tipo penal y ver si se puede pedir la participación de Interpol.

Otro dato que habría sido aportado al proceso de investigación en las declaraciones de las ocho personas, el viernes, fue que desde el mes de mayo se habría organizado la clasificación y ocultamiento de información por parte de los ejecutivos de la Jindal, lo cual hace presumir que desde entonces había la intención de rescindir el contrato de riesgo compartido y salir del país.

El lunes 16 de julio la JSB oficializó su decisión de rescindir el contrato de riesgo compartido con la Empresa Siderúrgica del Mutún (ESM) y, aunque el viernes 20 sus ejecutivos fueron convocados en el Ministerio de Minería y Metalurgia para tratar de zanjar las controversias, no asistieron, por lo que se presume que las diferencias no serán arregladas amigablemente.

Mientras la Jindal advierte a través de comunicados emitidos desde Nueva Delhi (India) que Bolivia tiene una calificación extremadamente baja con respecto a las agencias financieras internacionales, debido a su actitud hostil y poco amistosa con los inversionistas extranjeros, el Gobierno calcula que demorará entre seis meses y un año la contratación de una nueva empresa. Eso sí, según el ministro de Minería y Metalurgia, Mario Virreira, la nueva compañía tendrá que invertir entre 2.000 y $us 3.000 millones, pero además tendrá que ser solvente y depositar un porcentaje de esa inversión en una cuenta nacional.

El Gobierno dice también que hay más de 10 empresas interesadas en el Mutún.

Emergencia en la frontera



- Cabildo. El diputado opositor al Gobierno y representante de la provincia Germán Busch, Luis Felipe Dorado, lanzó ayer la propuesta de convocar a un cabildo departamental para preguntar a la población si quiere la ejecución del proyecto siderúrgico del Mutún. La moción será puesta a consideración del Comité Cívico pro Santa Cruz.

- Cívicos. El ex dirigente cívico de Puerto Suárez, Antonio Tudela, advirtió que la población de la provincia Germán Busch está decidida a tomar medidas extremas para exigir el desarrollo del proyecto. “Vamos a ir a la huelga, los bloqueos y el paro, pero nunca vamos a hacer estallar dinamita”, dijo.

- Aprestos. Desde la frontera, el presidente cívico José Luis Santander adelantó que en las próximas horas analizarán la toma de medidas extremas.

- Vigilancia. Si bien el viernes la policía y la Fiscalía intervinieron las oficinas de Jindal en Santa Cruz, La Paz y Puerto Suárez, no dejaron vigilancia policial y se ocuparon de tomar declaraciones a ocho personas citadas. Ayer sí hubo patrullaje por los predios de la Jindal.

Ambas partes aportaron al fracaso
René Soria Galvarro / Ex superintendente de Jindal
Como exrepresentante de la Cancillería en Santa Cruz y después como exsuperintendente de la Jindal conozco el proyecto desde antes de su licitación, es decir desde 2005. Han pasado siete años y es triste ver cómo se vino todo abajo y cómo hemos perdido todos: la provincia Germán Busch, el departamento de Santa Cruz y el país.



Ahora que las cosas se han dado así, con acusaciones de incumplimiento de contrato, rescisión del mismo e investigaciones y procesos judiciales de por medio, no es tiempo de buscar culpables, pero hay que precisar los motivos por los que el proyecto se cayó.

Y si de incumplimiento se trata hay que reconocer que ambas partes, tanto la Jindal como el Gobierno, incumplieron lo comprometido y firmado, por lo tanto entre ambos aportaron al fracaso.

Cuando la Jindal ingresó al país tenía un apoyo cerrado y comprometido desde el presidente del Estado, Evo Morales, hasta el último poblador de Puerto Suárez. Y lo mismo en la ESM, que arrancó con cosas creíbles; sin embargo, pasaron cinco años y las malas gestiones administrativas combinadas de incapacidad terminaron frenando el polo de desarrollo y echando por la borda la expectativa de 6.000 empleos.

Diputado de CN pide a Costas un cabildo por el proyecto Mutún

Luis Felipe Dorado, jefe de bancada de Convergencia Nacional (CN), pidió ayer al gobernador cruceño Rubén Costas “no solo activar una movilización para preservar su cargo, sino también para defender los intereses estratégicos del departamento como es el proyecto siderúrgico de Mutún”.
“Hace rato que (el gobernador) debería haber convocado a un cabildo por el Mutún. Todavía estamos a tiempo”, señaló Dorado.
El diputado opositor se refirió además al proceso legal que enfrenta Costas por presunta malversación de dinero en el referéndum autonómico de 2008. Dijo que “recientemente presentó ante el Tribunal Constitucional un recurso abstracto de nulidad contra varios artículos de la Ley Marco de Autonomía”.
“Es la herramienta jurídica usada por el Gobierno para suspender autoridades”, dijo.

MUTÚN, Evidente desequilibrio económico

Luego de la sorpresiva militarización de las oficinas de la Jindal Steel Bolivia (JSB) y del cerro Mutún, la población de Puerto Suárez y Puerto Quijarro aún no despierta de esta triste noticia y continúa con su actividad habitual. Aunque hay sectores que sienten el impacto del truncado proyecto siderúrgico lo que les genera un desequilibrio económico que se manifiesta en menores ventas, en urbanizaciones a medio construir y en oferta de terrenos, casas y en deudas bancarias.

En la plaza 16 de Julio de Puerto Suárez, que funciona como un termómetro para medir la actividad comercial de la ciudad, en no más de seis cuadras se apiñan negocios de ropa, de materiales para la construcción, librerías, locales que ofrecen celulares, carnicerías, puntos de llamada, pequeños restaurantes y la infaltable flota de mototaxitas.
En el lugar la actividad económica es febril, se nota la presencia de brasileños que aprovechan el fin de semana para cruzar de Corumbá y comprar algunos artículos, que les cuesta tres o cuatro veces menos que en su país. En este punto las personas que venden ropa, productos para el hogar, productos para la ganadería, tienen su momento de gloria.

Antonia Rojas hace 25 años que llegó desde La Paz y junto a su esposo se hacen cargo de una ferretería. Para ella la salida de la Jindal tuvo un impacto directo pues en el tiempo que estuvo la empresa extranjera ella se encargaba de venderles materiales para la construcción, repuestos para la instalación eléctrica y fierros.


“Hace unos seis meses que la venta de estos productos ha disminuido. Ya no compraban como antes y las personas que habían llegado del interior también dejaron de venir a mi ferretería. Eso nos preocupa, pero el pueblo no va a morir, siempre habrá modos para seguir trabajando”, indicó Rojas.

Yolanda Cáceres, una cochabambina de sonrisa amplia al igual que su abdomen, mientras espanta las moscas que buscan posarse en las chuletas de cerdo y de res que ofrece, aseguró que cada vez cuesta más poder vender la cantidad suficiente de carne para cubrir los gastos del alquiler, de la luz y del agua. Aseguró que hacen falta más trabajadores que ganen un buen salario y que estos lo gasten en el mercado, y con la salida de la Jindal cree habrá menos circulante de efectivo y por consiguiente sus ventas serán menores.

Menos preocupado está Jorge Camacho que remarcó que con la empresa Jindal o sin ella su negocio seguirá funcionando como hace 30 años, cuando fue uno de los primeros en apostar por la comercialización de ropa, pues entre su clientes principales están los brasileños y estos a su criterio seguirán cruzando la frontera en busca de mejores precios.

Donde se nota de manera más contundente el freno del proyecto Mutún es en el negocio de los inmuebles y de la tierra. Una importante cantidad de personas llegadas del interior compraron un terreno y apostaron por construir sus viviendas. Otros, con mayor poder adquisitvo, compraron tierras para edificar distintas urbanizaciones; todo eso quedó a mitad de camino con la consiguiente depreciación del precio de los terrenos.


René Quispe, propietario de una tienda del barrio Víctoria, recuerda que compró su terreno, hace cuatro años, de 300 metros, en $us 6.000 y que con la construcción de su casa (tres cuartos, cocina y un baño) gastó otros $us 5.000 y que ahora por la caída de las ventas quiere volver a Potosí y nadie le quiere pagar más de $us 7.000 por su propiedad.


En el barrio El Coquero los vecinos, aletargados por el calor, aún esperan que se haga realidad la construcción de su sede, pero saber esto no va a ser posible si en la zona no hay una importante creación de puestos de trabajo que genere un mayor movimiento económico.


Otra señal de que la salida de la JSB tuvo un impacto directo en la ciudad es que las obras de pavimentación que estaban a cargo de la empresa se paralizaron dejando a los porteños la desagradable tarea de lidiar cada día con los baches y la tierra de sus calles.


Un poco más lejos, justo a los pies del yacimiento de Mutún se encuentra la comunidad Warnes Chalera, que con sus 40 familias tenían la esperanza de que los servicios básicos (luz y agua) dejen de ser algo ajeno.


Esperanza Ponce, una cochabambina que hace 40 años llegó a la zona, contó que mientras los motores de la Jindal estaban en funcionamiento contaban con luz, pero luego de que se fueron volvieron a usar velas o mechero.


Los porteños, cada uno a su manera, buscan asimilar el impacto de tener otra vez postergado su sueño siderúrgico.
Algunos escuchan con recelo las promesas del Gobierno nacional y otros que están acostumbrados a lidiar con las necesidades extremas de vivir en la frontera sacan pecho y aseguran que esta tierra no va a morir.

DETALLES EN EL YACIMIENTO

- Situación. En su segundo día de intervención militar, las oficinas administrativas de la Jindal están custodiadas por militares. Nadie puede entrar al lugar.

- Temor. Los trabajadores mostraron su desconfianza al señalar que no saben dónde irá a parar todo el patrimonio de esta empresa, que contaba con equipos de computación, muebles, vagonetas y camionetas y que ahora están bajo resguardo militar.

- Abandonado. Antes de llegar a Mutún hay un complejo de 15.000 m2 de los cuales 2.650 m2 fueron construidos para que allí funcione la oficina de proyecto del complejo siderúrgico Mutún RC Maquinaria. En el Yacimiento se pudo verificar que hay nueve equipos.

- Equipos. Ocho fueron fabricados en 2008, son de color amarillo y los modelos son 74-9 KW, 328 KW y 261 KW y las series 12295, 12226, 12236, 12406, 11906, 12294, 11801 y 12408. Mientras que hay otra máquina color rojo, fabricada en 2011, serie 1886 SW 11113. Todas están bajo el control de los uniformados.

- Malestar. Los transportistas de lugar criticaron la partida de la Jindal, pues consideran que las obras que estaban realizando en la pavimentación de las calles eran un buen trabajo y que ahora no saben quién lo va a continuar.

Así se expresan

Facunda Gonzales
Comerciante de Puerto Quijarro
La Jindal no cambió nada. Vivo 20 años en este lugar y siempre escuché promesas de todos los gobiernos. Que nuestra región iba a progresar, que los empresarios iban a crear industrias y puestos de trabajo, pero nada. Así que si se va la Jindal, que se vaya, nosotros seguiremos como siempre trabajando y ganando nuestro quinto con esfuerzo y sin ninguna ayuda.

Isabel Añaguez
Comerciante de Puerto Quijarro
Los que deben estar preocupados por todo esto son algunos dirigentes que siempre buscan su beneficio sin importarles nada de los demás. Dígame usted qué hizo la Jindal mientras estuvo aquí. Nada, solo anuncios y falsas promesas. Acá en el pueblo vivimos de lo que los brasileños nos dejan, así que no tenemos por qué decir qué pena que la Jindal se va, que se vaya.

Baldomero Pessoa
Comerciante
Preocupa todo esto, más para los que tenemos hijos y vemos que su futuro se va pareciendo al nuestro que como única actividad tenernos el comercio o algo de ganadería, pero no hay nada seguro, no tenemos industrias. Vamos a tener menores ventas, pues no se olvide que esto del acero es una cadena y uno forma parte de ella.

Yovana Merlo
Comerciante de Puerto Suárez
Llegué de Santa Cruz hace dos años con la esperanza de que acá me iba a ir mejor. Al principio fue así, pero luego fue empeorando. La gente ya no compra, cuida más su dinero y gasta lo necesario. No sé si voy a volver a Santa Cruz, eso lo tengo que conversar con mi esposo, pues para abrir esta tienda hicimos un préstamo. Todavía no lo pagamos.

Marco Camacho
Mototaxista de Puerto Suárez
Es una pena que todo lo que se planificó, que todo lo que se prometió no se cumpla. Muchos nos compramos una moto o un autito con la esperanza de que iba a haber una gran cantidad de pasajeros, pero cada día es menor. Pasamos horas sin llevar a una sola persona. Así no se puede seguir, se debe hacer algo para mejorar nuestra situación.

Erman Flores
Comerciante de Puerto Suárez
El problema es grave, pues no se olvide de que hace cuatro años llegaron muchas personas del interior con ganas de progresar. Se ha saturado el servicio de agua, de los alcantarillados y de las escuelas. Imagínese en un pueblo con carencia de puestos de trabajo que lleguen más y se encuentren en la misma situación, es muy grave.

Cifras

Inversión
2.100
millones de dólares. Jindal se comprometió a invertir. El Gobierno no pudo mostrar qué inversiones hizo la firma.

Trabajo
150
Es la cantidad de trabajos directos que se crearon. Con los administrativos de Santa Cruz se llegaba a 200.

Tiempo
6
Años que la compañía estuvo en Bolivia. Hubo problemas de tierra, cobro de garantía y provisión de gas.

LAS FRASES

Nos mintieron como hace años. Aprendimos a buscar otras alternativas para vivir y no ser ingenuos”
Isabel Añaguez | Comerciante

Temo que mis hijos se vean obligados a viajar y a dejar su tierra en busca de oportunidades que acá no hay”
Erman Flores | Comerciante

Siento pena. Otra vez se tendrá que esperar varios años para soñar con la industrialización del hierro”
Baldomero Pessoa | Comerciante