martes, 5 de junio de 2012

«Sorprenderemos con el litio»



Tuffí Aré Vázquez | tare@eldeber.com.bo

Ricardo Martínez es el principal representante diplomático de Bolivia en Austria. En el país europeo radican 5.000 bolivianos y desde hace dos años no hay embajador. El ministro agregado de negocios de Bolivia en Viena confirmó el interés de una empresa austriaca por el litio y también habló con EL DEBER sobre los avances de la demanda del Gobierno nacional de legalizar el acullico de la coca

-¿Cómo se encara desde la embajada el intercambio comercial de Austria con Bolivia?
-Tradicionalmente no hubo una historia comercial entre Bolivia y Austria, inclusive con los países de Europa Central. Hubo a veces acercamiento político, pero que no derivó en un beneficio de cooperación cultural y económica. Austria se está abriendo un poco, se comienza a dar cuenta de que América Latina puede ser un buen socio y vuelca su vista hacia el sur. Antes estaba un poco con la vista hacia los expaíses del este y se considera el nexo entre estas naciones y el resto del mundo. Sin embargo, con el nuevo orden económico y tomando en cuenta que la Unión Europea flaquea, se están viendo nuevos socios y considerando que hacia el sur pueden encontrarlos. Para Austria, América Latina es Argentina, México y un poco Brasil.

-¿Qué le podría ofrecer Bolivia a Austria que le interese?
-Aquí son grandes consumidores de cacao y de café, que son productos que tenemos. La última visita del presidente Morales abrió un canal para una posible explotación de litio. Austria se ha asimilado mucho a Bolivia como país del mismo tamaño, con las mismas inquietudes y con la misma visión de no querer inversiones extranjeras que se lleven todo y no dejen nada al país. En el tema del litio puede haber una buena sorpresa.

-¿Hay alguna empresa que tenga interés por invertir en el litio boliviano?
-Hay una, que es la empresa Varta, que hace pilas. Existe una universidad que está desarrollando un sistema de explotación de litio mucho más racional, que lo han ofrecido a Bolivia.
-¿En qué otras áreas hay interés de cooperación bilateral?
-Austria se está dando cuenta de que nosotros tenemos muchas cosas para ofrecerles. Cuando vino el presidente Morales se le organizó un partido de fútbol muy significativo, con exjugadores de la selección austriaca. Fue muy simpático y ellos quedaron con el ojo en tinta porque perdieron 8 a 6 y desean jugar en Bolivia. Han hablado de iniciar un proyecto de cooperación a los niños de la calle para, a través del deporte, minimizar los riesgos de que caigan en la delincuencia y la droga. Es un proyecto bonito que tendrá amplia repercusión en Bolivia. La exministra de Cultura Elizabeth Salguero inauguró aquí una exposición que se llamó Bolivia y sus tesoros, la más grande que se ha hecho del país. En entrevistas con el Ministerio de Culturas de Austria se vio la necesidad de cooperación mutua. Están muy interesados en el tema de arqueología de Tiwanaku, tienen excelentes profesionales que pueden trabajar en Bolivia y ofrecer capacitación. Se necesita un marco normativo bilateral para que se desarrollen mecanismos de cooperación en conservatorios de música y arqueología.

-¿En materia política existe algún área de cooperación por desarrollar?
-El tema político en Europa es muy controvertido. Cuando vino el presidente tuvo un buen encuentro con el mandatario de Austria, que estuvo muy identificado con el proceso constituyente. El año 2009 Evo Morales ya le había comentado algo del proceso y Fischer estaba muy interesado. Esta vez tuvieron otra reunión y le consultaron cómo había concluido. El presidente Morales explicó y se habló mucho del tema coca, que era uno de los motivos principales de la visita. Austria ha dicho públicamente que apoya a Bolivia en la lucha por el reconocimiento de la hoja para el acullico. Hay un acercamiento político interesante y el Gobierno austriaco tiene una visión de centroizquierda de mucha proyección y de vanguardia. La afinidad política propicia un mayor acercamiento.

-¿Avanzó la embajada boliviana en Austria con la demanda de despenalización de la coca después de la visita del presidente?
-Sí. La visita del presidente fue exitosa, con muy buen impacto en Naciones Unidas, que ha apreciado que sea el propio primer mandatario el que venga y explique la política de un país, cosa que no siempre sucede. Es un proceso complicado, todo este año los países estudian el tema. Hay unos cuantos que han dado su visto bueno, pero la mayoría está indecisa, esperando los estudios.

-¿Qué países han apoyado el planteamiento boliviano?
-Austria, España y el caso de Alemania, que es interesante, porque dice que hay que hacer una revisión de la convención de 1961, no solo para ver el caso de Bolivia, sino para remozar una convención que tiene 50 años. Seguimos tratando un problema actual como el narcotráfico con criterios de 50 años atrás. Se necesita mover todo y dentro de eso está el acullico de la coca.

-¿Está listo ya el estudio del mercado de la coca en Bolivia?
-Sí, se llama Estudio Integral de la Hoja de Coca. Es un informe de la Unión Europea que se inició hace cuatro años y que estaba motivado por la real utilización de la coca. Eso nos va a dar el número de hectáreas que se demandan para el consumo tradicional, para los fines religiosos y médicos, y definirá el número de hectáreas necesarias.
-Hábleme de los migrantes bolivianos en Austria, ¿cuántos son y cuáles son sus principales problemas?
-Nuestros migrantes deben ser hasta 5.000 y están mayormente en Viena. La mayoría es legal, pues aquí es complicado que haya indocumentados. Tienen una vida muy sacrificada, el trabajo es muy duro. Hubo una gran oleada que vino en la época de los 70 y 80 como asilados, por las dictaduras. Austria era un país muy abierto para los asilados, que se han quedado con sus familias, pero siguen con el corazón boliviano. Después hay familias que vinieron posteriormente. Generalmente aquí viene alguien que se hace llamar, no llega solo. Es muy difícil que vengan y hablen alemán, aunque hay un gobierno muy abierto que otorga al migrante ayuda para que aprendan el idioma. Hay un sistema de pagos de institutos a los que se puede acceder, de manera gratis. Existen cursos de capacitación técnica para que el migrante se adapte al mercado laboral. Hay muchas posibilidades.

-¿La atención de los migrantes en qué temas se concentra?
-La mayor inquietud de los bolivianos es tener sus papeles al día. Siempre vienen a renovar sus pasaportes, sus certificados, sus carnés. Aquí todavía no se vota. Hay pocos que hacen conflictos, son muy pacíficos y se asimilan muy bien al sistema. No hay denuncias de robos ni maltratos. También atendemos República Checa, Eslovaquia, Hungría, Rumania, Georgia, Cracovia. No tenemos muchos bolivianos, pero vienen de vez en cuando. En República Checa se tienen por la época en que muchos iban a estudiar a la entonces Checoslovaquia y se quedaban. Sería interesante contar con un consulado honorario en República Checa.

-¿Qué limitaciones tiene la embajada de Bolivia en Viena?
-Como casi todas las latinoamericanas, la boliviana es una embajada chica, necesitaríamos más funcionarios, más operadores que puedan implementar las grandes ideas y proyectos que se tienen. No hay embajador, desde hace dos años. Pero si lo hay y no tenemos funcionarios que operen debajo de él, poco o nada podrá hacer. Se necesita estructurar una embajada con funcionarios capacitados, porque tenemos temas que son de diferentes ámbitos.

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