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En un repaso a los resultados del proyecto de explotación del litio en el país, Zuleta señaló que lo que se ha logrado hasta ahora es un sistema de extracción inadecuado que ha retrasado el ingreso del país al mercado mundial que, ante la ausencia del energético del salar de Uyuni (considerado el más grande del mundo), optó por buscar alternativas para proveerse.
Respecto a la infraestructura, dijo que se construyeron oficinas, laboratorios y dos plantas piloto, una de cloruro de potasio y otra de litio.
Pero “lo más costoso”, afirmó, son las piscinas de evaporación solar construidas sobre una extensa superficie que suponen un proceso de extracción de litio clásico en Chile y Estados Unidos; pero “absolutamente” inadecuado para Bolivia.
Explicó que, a diferencia de otros lugares donde se usa ese sistema, como el desierto de Atacama, en Chile, en el salar de Uyuni no existen las condiciones físico-climáticas para aplicarlo ya que la tasa de evaporación está por debajo y la precipitación pluvial está por encima pues en Atacama nunca llueve.
Para Zuleta, los más de 100 millones destinados al proyecto fueron “malgastados” en una tecnología que no va a funcionar cuando pudo haberse usado un sistema mixto, quizás con uso de químicos.
“La base de cualquier proceso de extracción es el sistema a utilizar, si eliges mal ese sistema lo más probable es que toda la operación no tenga éxito”, apuntó.
Señaló que si bien, hace algunos meses, se produjeron 200 toneladas de cloruro de potasio, el objetivo es hacerlo de manera eficiente y la “ineficiencia e ineficacia del proyecto” ocasionaron que Bolivia pierda la oportunidad de convertirse en un centro energético mundial.
Afirmó que según información surgida de los responsables del proyecto, pueden obtener carbonato de litio con 99 por ciento de pureza, pero con un rendimiento de sólo 40 por ciento, lo que demuestra que la inversión es muy elevada para una productividad muy baja.
Explicó que si bien la demanda de litio seguirá creciendo, la falta de un enfoque adecuado impidió lograr resultados. Mientras, el mercado “reaccionó” y halló sustitutos, por lo que ahora el litio ya no es un factor dominante y tendrá que coexistir con otras tecnologías para la provisión de energía como el hidrógeno, para cuya obtención se descubrieron nuevas formas, o el magnesio.
“Bolivia pasa a un segundo plano porque no ha podido avanzar en el proceso de certificar sus recursos para convertirlos en reservas”.
García Linera se refirió ayer al tema, en la inauguración de la estación espacial terrena de La Guardia, en Santa Cruz, y dijo que muchos países se interesaron en firmar acuerdos para explotar litio empleando su tecnología; pero que el Gobierno optó por avanzar de manera independiente para no depender de ningún país ni de ninguna tecnología para industrializarlo.
“Era fácil entregar el litio (...)pero decidimos caminar de a poquito, investigar-fallar, investigar-fallar, hasta que ahora estamos avanzando, estamos produciendo cloruro de potasio y litio en pequeñas cantidades, luego litio metálico y después ojalá (produzcamos) baterías de litio (...) no importa que esperemos cuatro años”, afirmó.
Kores-posco duda
La Paz | ANF
El grupo surcoreano Kores-Posco definirá si continúa con el proyecto piloto para producir cátodos de litio con la Gerencia Nacional de Recursos Evaporíticos (GNRE). El Gobierno boliviano entregó un nuevo convenio.
“Están analizando el último documento que les hemos entregado la semana pasada”, informó el titular de la GNRE, Alberto Echazú.
La propuesta gubernamental plantea un “contrato de asociación no comercial”, indicó el ministro de Minería, Mario Virreira, el jueves pasado.
“Ellos están analizando y nos darán su respuesta en los próximos días”, indicó Echazú al indicar que se trata de un nuevo contrato para fabricar experimentalmente cátodos de litio.
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