miércoles, 8 de agosto de 2012

El “oro blanco” de Uyuni tardará 7 años en alcanzar una producción industrial

Para muchos es sabido que las baterías de los celulares, de las computadoras portátiles y otros contienen litio, un metal ligero que se encuentra en grandes cantidades en el salar de Uyuni, ubicado en el departamento de Potosí.
A esta información se debe añadir las reservas aún no cuantificadas de litio existentes en el salar de Coipasa (Oruro) y los demás salares del Sudoeste potosino, con lo que estima el experto Juan Carlos Zuleta, que podríamos llegar a más o menos el doble de las reservas del salar de Uyuni, que en cifras alcanzarían a 10 millones de toneladas de litio de contenido metálico o de 53,2 millones de carbonato de litio equivalente.
Los rendimientos económicos que pueda dar este metal al país es de pleno conocimiento del Gobierno, que comienza a apretar el “acelerador” para que estimativamente en siete años se pueda llegar a producir carbonato de lito a nivel industrial.
Según autoridades nacionales, una vez que se inaugure la infraestructura de la planta piloto de litio, que se construye en Uyuni, ésta producirá 40 toneladas primarias de carbonato de litio al año.
Sin embargo, a decir de Zuleta, a lo largo de los últimos cuatro años y medio, los responsables de la planta piloto de litio en proceso de implementación han tratado de subestimar la importancia del litio en la economía del país.
“La explicación de este comportamiento es muy sencilla. Tiene que ver con su incapacidad para lograr algún resultado de su trabajo. En diferentes estudios he argumentado que el potencial del litio y los demás recursos evaporíticos existentes en el salar de Uyuni y los más de 30 salares ubicados en los departamentos de Potosí y Oruro es inconmensurable, aunque, claro, este potencial no puede traducirse en forma automática en ventaja competitiva respecto a otros países porque para eso se requiere estar en condiciones de producir tales recursos a los costos más bajos posibles”.
Advierte que el país aún no ha logrado producir una sola tonelada de carbonato de litio o algún otro compuesto químico comprometidos en la estrategia de industrialización de recursos evaporíticos anunciada por el Presidente del Estado a principios de mayo de 2008 y relanzada en octubre de 2010.
En materia de exploración, en los cuatro años y medio de operación del proyecto piloto de litio solamente se ha hecho una estimación muy gruesa - sin el suficiente sustento técnico de las reservas de litio del salar de Uyuni, alcanzado la cifra de 100 millones de TM de litio de contenido metálico, dice el experto.
En términos de explotación, “en una serie de artículos publicados he demostrado que el llamado proceso boliviano para la explotación del litio sería una copia parcial de un proceso descubierto por científicos surcoreanos, que continúa enfrentando serias dificultades, lo que nos permite entender mejor las razones por las cuales el proyecto piloto de litio aún no ha podido producir una sola tonelada de carbonato de litio”.

Así como el caso de los otros recursos naturales -hidrocarburos y minerales- Zuleta sostiene que para convertirnos en una potencia energética de talla mundial, no solo necesitamos contar con los recursos; “debemos ser capaces de producirlos a los costos más bajos posibles para poder competir adecuadamente con otros países poseedores de los mismos”.

En ese sentido, afirma que urge dar un golpe de timón al proyecto piloto para resolver cuanto antes “el grave problema tecnológico que tiene, pasando de la simple retórica de personas que ya tuvieron oportunidad de ejecutar el emprendimiento más importante de la historia de Bolivia y que no la aprovecharon, a la acción de otros técnicos del más alto nivel y genuinamente interesados en el progreso de Bolivia”.

Aunque el Gobierno asegura que acelera el proyecto de producción de carbonato de litio, Zuleta advierte que al país se le acaba el tiempo para ingresar con pie firme al mercado internacional del litio por al menos dos razones: En primer lugar, de mantenerse las tendencias actuales, en los siguientes años los principales competidores del litio boliviano no serán ni Chile ni Argentina, sino Australia, Canadá y otros países con potencial de litio mineralizado. El año pasado, Australia desplazó a Chile como primer productor de litio de la Tierra y que desde 2006 no ha habido ningún cambio significativo en la producción de litio en Chile y Argentina.

Agrega que como se espera que la demanda de litio se incremente aún más en los próximos años por efecto de la introducción de más vehículos eléctricos al mercado, es previsible también un aumento importante de precios, lo que podría hacer viable un número cada vez mayor de emprendimientos de litio mineralizado. Sin embargo, una situación caracterizada por precios altos de litio podría al mismo tiempo contribuir al fin de la era del vehículo eléctrico, con el litio como su factor clave.

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