martes, 7 de agosto de 2012

MINERIA Y DESARROLLO EN BOLIVIA: LA SIDERURGIA PEQUEÑA PARA SUSTITUIR IMPORTACONES

Bolivia no cuenta actualmente industria siderúrgica alguna, y todo el hierro y acero de construcción, mas planchas y perfiles es importado, esto es tan lamentable, como real.
Todos esperamos con ansias que el Proyecto Mutún sea una realidad, pero analicemos algunas variables actuales. Bolivia es exportador de chatarras, metales que se importaron a un alto valor, tales como aceros, cobre, aluminio y plomo, cruzan a diario las fronteras para ser industrializados en Perú, reimportándose los mismos re-elaborados a un alto costo. Esta variable entre lo que se exporta y lo que se importa, genera una salida de divisas de Bolivia de gran importancia, una pérdida real de recursos solamente por NO PROCESAR los metales dentro del país, y exportarlos libremente a precio vil. Hemos seguido con atención las necesidades del país en términos de generar a corto plazo una industria siderúrgica que promueva el desarrollo y que provea de piezas y materiales a la industria local, minera sobre todo. A nivel de estadísticas, vemos que se importaron en 2011 un total de 208.620 toneladas de aceros, por una suma de 172.842.000 dólares. Es decir, a un promedio de 828 dólares por tonelada. A esto se suma algo muy interesante, y es que en el mismo periodo se importaron 14,311 toneladas de bolas de acero para molinos, con una erogación de 18.555.000 dólares, es decir a un promedio de US$ 1,296.- por tonelada. Otro ítem tales como hierros en planchuelas y ángulos sumaron importaciones por 18,75 millones de dólares, y planchas de acero por otros 16,66 millones de dólares. Donde vemos lo que significan las perdidas por no industrializar es que Bolivia en 2011, exporto un total de 42.509 toneladas de chatarra de hierro, por un total de 9,95 millones de dólares. Esta diferencia de importar a 828 dólares por tonelada exportando la chatarra a 234 dólares, marca una diferencia directa de 25,250 millones de dólares.
La Empresa Minera Huanuni viene estudiando comprar una planta de fundición de aceros, básicamente para abastecerse de partes y piezas que requiere tamaña empresa, y las que son posibles de producir dentro del país, reprocesando chatarras para hacer piezas nuevas.
Esto no debería ser una idea aislada, definitivamente hay que reprocesar todo el metal descartado DENTRO DEL PAIS. La exportación de chatarras no es solo sinónimo de falta de capacidad industrial, es sinónimo de anacronismo tecnológico a nivel internacional. Países como Brasil, Argentina, Chile, Venezuela, México y muchos otros, prohíben y eventualmente regulan la exportación de chatarras, básicamente de aceros, pero también de aceros inoxidables, de plomo, de cobre, de aluminio. Cuál es la razón? Todos tienen muy claro que hay un enorme gasto energético, un gran gasto en fletes, y un gran gasto estratégico y tecnológico al consumir metales, muchos de los cuales son importados de países desarrollados. En la estrategia se consideran TRES aspectos fundamentales, a saber: A) El potencial de desarrollo de los países a partir de la industrialización mediante el reciclado como vía de ahorro energético. B) La sustitución parcial de importaciones de piezas y partes metálicas nuevas, como vía de ahorro financiero C) El desarrollo personal, la capacitación laboral, la utilización de mano de obra local generando empleo y bienestar fronteras adentro del cada país. También es necesario un marco legal que prohíba la exportación de chatarras de hierro como las leyes vigentes en VENEZUELA, (Decreto Nº 7.927 del 21 de diciembre de 2010) Ecuador (Decreto Ejecutivo Nº 1145), y otros muchos países como El Salvador, Jamaica, Bahamas, y principalmente Brasil, Argentina y China. Con toda su apertura y globalización, China tiene restringida la exportación de chatarras en forma casi total. Una pequeña acería con capacidad para tratar esas 40 mil toneladas que hoy se van cuesta unos 5 millones de dólares, ahorraría a Bolivia 25 millones de dólares anuales y daría además trabajo a unas 80 personas, generando ventas por casi 50 millones de dólares y aportes al tesoro por más de 40 millones de bolivianos. En términos de la industria siderúrgica todos esperamos y ansiamos el despegue del Mutún, pero por otra parte no es despreciable pensar en una acería pequeña que ahorre divisas al país, y que también forme y capacite en la práctica a los profesionales que Bolivia necesita para despegar como potencia siderúrgica, sin depender de inversiones y tecnología del extranjero. Ing. Mauricio A. Heit Consultor de Proyectos Minero Metalúrgicos

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