miércoles, 29 de mayo de 2013

La sal procesada en Potosí no es yodada

La sal extraída del Salar de Uyuni y que se procesa en el Departamento de Potosí para el consumo humano “no es yodada”, según pruebas aplicadas por el Laboratorio de Micronutrientes del hospital Daniel Bracamonte, informó la responsable de esta unidad, Norma Pimentel.
“Lastimosamente, y esto me da pena decirlo, las salineras de Potosí no están cumpliendo con la dosis correcta de yodo en la sal. Le ponen yodo, pero no en la cantidad que dice la norma” reveló.
Pimentel explicó que la sal, para considerarse sal yodada, “tiene que tener de 40 a 80 partes por millón de yodo la sal, y en el mercado no están cumpliendo eso, tienen menos 20, 15, 5 que no es lo recomendable”.
Según la responsable del laboratorio de micronutrientes la producción y el consumo de sal no yodada provoca en las personas enfermedades tiroideas. “Por eso está volviendo a reaparecer el bocio sobre todo en las zonas endémicas como Tupiza y Cotagaita”, agregó.

Sal en panaderías

Tras un muestreo hecho por este laboratorio en el Departamento de Potosí se estableció que la sal en las panaderías, fabricada en Potosí, no cumple con las normas, pues carece de la cantidad apropiada de yodo para que la sal sea consumida por las personas.
“Como ellos compran por mayor es necesario que por lo menos a sus proveedores les pidan un certificado de que la sal tiene las condiciones necesarias de yodo”, dijo Pimentel.
De esta manera la falta de yodo en la sal que se vende en los mercados y es de origen potosino, estaría atentando contra la salud de las personas.
Se conoce que con anterioridad funcionarios en salud “ya habrían hablado con los de las fábricas porque sabían por referencias que no estaban aplicando la dosis requerida de yodo. Ahora ya tenemos los resultados, tenemos las pruebas; entonces, yo creo que esta próxima semana vamos a reunirnos con los fabricantes para decirles esto y además a los que consumen que exijan que la sal este yodada” concluyó.

Laboratorio de micronutrientes

El laboratorio de micronutrientes debe controlar, por ley, que las industrias de harina, aceite y sal cumplan con la norma de fortificación de algunos alimentos.
“En el país se han identificado alimentos como la sal, la harina y el aceite para fortificar, con yodo (la sal), hierro (la harina) y vitamina A (el aceite). Hay una ley para ello y nosotros controlamos que esa ley se cumpla”, dijo Pimentel.
La vigencia de este laboratorio es reciente; razón por la que se ha empezado con el trabajo de verificar que estos alimentos, de venta libre en el mercado para el consumo humano, cumplan con la fortificación establecida.
No obstante, no toda la sal que circula en el mercado carece de yodo; las marcas de Cochabamba y Oruro estarían cumpliendo con el empleo correcto de yodo en el procesamiento de sal.
Pimentel lamentó la contradicción en que al ser Potosí el mayor productor de sal bruta, tenga salineras que no cumplen con la producción de sal yodada. “Llevan a Cochabamba sal bruta del salar de Uyuni y vuelve ya procesada, yodada y cuesta el doble”, finalizó.

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