martes, 9 de julio de 2013

Confirman que se postergó la industrialización del litio

La Corporación Minera de Bolivia (Comibol) confirmó ayer la postergación de la industrialización del litio para el último trimestre de 2016, debido a la falta de recursos humanos, tecnología y mercados.

“La explotación de recursos evaporíticos es una nueva industria, actividad para la cual lamentablemente Bolivia no está preparada; no tenemos recursos humanos ni la tecnología para encarar esta tarea. Las transnacionales nos cobran una gran cantidad de recursos económicos por las transferencias tecnológicas o en definitiva no lo quieren hacer”, dijo ayer el asesor de la estatal minera, José Pimentel.

El miércoles 3, el gerente de Recursos Evaporíticos, Luis Alberto Echazú, afirmó que la producción de litio metálico y de baterías de ese metal se postergó hasta 2016 y 2020, respectivamente. “Hay problemas sobre todo en el mercado que todavía no despega, pero en el seguimiento que hemos hecho de la industria las baterías de litio van a arrancar con fuerza después de 2020, eso dicen los estudios de mercado”, señaló según ERBOL.

De acuerdo con el cronograma original, la planta industrial de cloruro de potasio, en el Salar de Uyuni, en Potosí, debía funcionar en el último trimestre de este año y la de carbonato de litio en similar fecha de 2014.

Durante su intervención, ayer, en un taller sobre normativa y regulación minera, organizado por el Ministerio de Minería, Pimentel cuestionó que ni los operadores privados ni los cooperativistas tengan interés en la industrialización de esos recursos mineralógicos.

“Conocemos claramente dónde están los intereses de las grandes transnacionales: están directamente encadenados con los de los comercializadores y las fundidoras; por eso el único sector que puede llevar adelante la industrialización es el Estado a través de la Comibol”, precisó.

El Gobierno impulsó la Estrategia Nacional de Industrialización de los Evaporíticos, que incluye tres fases.

La primera consiste en instalar una planta piloto de más de 17 millones de dólares de inversión, para producir 40 toneladas mensuales de carbonato de litio y 1.000 toneladas mensuales (planta semiindustrial) de cloruro de potasio.

Para la segunda fase, con una inversión de 485 millones de dólares, se planificó la puesta en marcha de una planta industrial con una capacidad de 700 mil toneladas anuales de cloruro de potasio; la factoría debía estar lista el último trimestre de este año, con una producción de 200 mil toneladas anuales y 30.000 toneladas de carbonato de litio a fines de 2014.

La tercera fase es la producción de electrodos, electrolitos y finalmente baterías secundarias (recargables) de litio para vehículos. También se proyectó el tratamiento de otras sales de litio, hidróxido, litio metálico y sales de magnesio y boro. Esta fase podía iniciarse con la segunda si hay un acuerdo con empresas que aporten tecnología para este fin.

Punto de vista
Juan carlos zuletaExperto en evaporíticosEl proyecto tendrá un efecto negativo muy fuerte para el país, en la medida en que se retrase, y significa un incentivo adicional a la aparición de tecnologías sustitutivas para el litio. Me refiero al hidrógeno.Esto es muy grave, porque el hidrógeno se está posicionando cada vez más; obviamente, esto es un problema para las aspiraciones de Bolivia de convertirse en el centro energético del mundo.

No estoy afirmando que se acaba la posibilidad de tener en el mundo vehículos eléctricos con baterías de litio, sino que están apareciendo tecnologías energéticas alternativas que irán cubriendo segmentos de la demanda que estaban destinados al litio.

Todo esto se debe a la incapacidad con que se manejó el tema y a la falta de previsión con lo que sucede en el mercado, que no espera, porque otros agentes económicos ya hicieron su trabajo con el desarrollo de nuevas tecnologías.

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